River y Boca se preparan para el partido más importante del torneo con realidades opuestas pero un mismo objetivo: darle una alegría a los hinchas. Los de Ramón van por un triunfo que los acerque más que nunca a la pelea por el campeonato.
En la semana previa al clásico más importante del país la frase “son partidos aparte” se escucha más que la voz de Francella en la pantalla de Telefé. Y aunque esas palabras guardan una alta dosis de realismo, también es cierto que el presente futbolístico también puede influir a la hora de saltar a la cancha.
Las realidades de los dos equipos más grandes del país son tan opuestas como los genes de su estirpe. Si hablamos del campeonato, River se puede agrandar: el equipo de Ramón se ubica tercero en la tabla con 21 puntos (6G, 3E, 2P) y pelea en los primeros puestos. Boca, en cambio, está más cerca de caerse de la tabla que de mirar a todos desde arriba. El conjunto de Bianchi suma apenas 9 unidades y ganó un solo partido en lo que va del torneo, en la primera fecha ante Quilmes. El resto: 6 empates y 4 derrotas.
A la hora de analizar el mayor déficit de cada uno, el escenario vuelve a variar de un caso a otro. En el equipo millonario, la delantera es lo que genera más dudas. A pesar de contar con cuatro nombres importantes en ataque, la marca de cada uno de ellos es muy flaca. Luna aparece como el máximo goleador con tres tantos (dos en un mismo partido), Funes Mori e Iturbe (los elegidos de Ramón) anotaron una vez y Mora, de gran historial ante los primos, todavía no pudo festejar en el Torneo Final.
En la vereda de enfrente, el verdadero problema es la defensa. En lo que va del campeonato, Boca recibió 17 goles en contra en 11 partidos, un promedio en el que solo lo supera Colón, con 21 gritos en su propio arco. Eso sin contar la cantidad de penales que realizaron (siete entre Copa y torneo) y el papelón que significó la caída por 6 a 1 ante San Martín de San Juan.
Si repasamos las armas fuertes, ninguna se destaca a simple vista. River encontró sus últimos dos goles en la revelación Balanta, pero poner la expectativa en un chico con tres partidos oficiales sería por lo menos imprudente. La sorpresa que puede generar Vangioni por izquierda perdió protagonismo desde que el ex-Newell’s bajó a ocupar un lugar en la defensa y los delanteros, como ya vimos, no brindan demasiadas garantías. La mejor noticia: la vuelta de Ponzio, “el líder” del equipo.
El eterno rival presentará una formación sin nombres rimbombantes. La ventaja la pueden encontrar en los pies del talentoso Sánchez Miño o en el goleador Silva, de bajo nivel pero siempre respetado. Sin Orion, la marca de la defensa de Boca sería todavía más pobre, por eso el arquero aparece como el mejor hombre de la formación contraria. La noticia más importante fue la baja de Riquelme, quien todavía no está recuperado del desgarro en el isquiotibial izquierdo que sufrió ante Belgrano.
¿Quién llega mejor al clásico? En el campeonato River le saca una ventaja inalcanzable a Boca, quien tiene su mente puesta en la llave ante Corinthians por la Libertadores. Pero el triunfo entre semana ante los brasileros le dio a los de Bianchi una esperanza dentro de una campaña menos que discreta desde la llegada del Virrey. Igualmente, como queda claro en los días previos a este tipo de encuentros, para los protagonistas poco importa: para ellos los Superclásicos son partidos aparte.