Cambios que no cambian
Tras el empate con Newell’s, el 4-3-3 parecía consagrarse, finalmente, como el esquema que le daría satisfacciones a River. Mora – Trezeguet – Funes Mori iba a ser el tridente ofensivo que iba a encaminar al equipo de Almeyda a pelear por el campeonato.
Nada de eso ocurrió hoy, ni ocurrirá en el futuro, a menos que el técnico cambie. El sistema predilecto de Almeyda puede ser muy efectivo, siempre y cuando los jugadores se desempeñen donde deben hacerlo.
El mal presente de Sánchez y el flojo nivel de Rojas hicieron que Funes Mori y Mora estuvieran más preocupados por no permitir las subidas por los costados de Peruzzi y Papa, respectivamente. El cansancio de los delanteros hizo que Trezeguet (una vez más) se encuentre completamente solo en la ofensiva.
El segundo tiempo trajo cambios en el equipo. El ingreso de Affranchino por Abecasis (de muy flojo partido), hizo que Sánchez se sitúe al lado de Cirigliano y que River juegue con tres defensores.
El reemplazante de Ponzio se vio ampliamente superado en la primera etapa por el mediocampo de Vélez. Con un River volcado al ataque, se acentuó aún más el dominio del local, que se vio favorecido con la expulsión de Ramiro Funes Mori. Esto obligó al ingreso de Pezzella por Sánchez.
Almeyda está convencido de que este es el camino, pero se nota que a este equipo le falta generación de juego. Lanzini convirtió en el partido de reserva. ¿Cuándo tendrá su chance en su posición natural?
Por Matías Navarro García