Un arquero muy especial
Los guantes blancos llamaron la atención enseguida. Con pechera celeste, pantalones cortos y la vestimenta similar al resto de los jugadores de campo, el Keko se paró debajo de los tres postes, a pocos metros de la tribuna Sívori.
La imagen provocó una enorme cuota de humor y, lejos de ser provisoria, Villalva demostró personalidad para quedarse en el arco. Como si fuera poco, se destacó con un par de atajadas, generando el aplauso de los socios y las bromas de sus compañeros.
Sin embargo, el Keko recibió algunos goles en el ensayo informal, sobre todo porque Agustín Alayes y Adalberto Román vulneraron su resistencia desde los 12 pasos, en un contexto distendido, donde Gabriel Amato se dio el gusto de participar como en sus épocas de profesional.
Por Germán Balcarce