Todo lo que se especulaba en la previa, se cumplió en la cancha. Jonathan Bottinelli fue recibido con insultos por la hinchada de su ex club. Luego, lo silbaron todo el partido. Y, para coronarlo, tuvo una actuación crítica.
La recepción fue la esperada. Las inhibiciones y los conflictos internos pudieron más que el hecho de haber defendido la camiseta de San Lorenzo por casi una década y apenas ingresó a la cancha le llovieron insultos de todas partes. Hasta en la tribuna local le colgaron una bandera que decía “Bottinelli traidor y cornudo”. Así fue la tarde, o parte de la misma, para Jonathan, hoy con la banda roja cruzándole el pecho.
Y, en el juego, decepcionó. A las pifias en el primer tanto, se le sumó 100% de responsabilidad en el segundo. Hizo la falta que derivó en el centro del gol y perdió la marca de Mauro Cetto, autor de la conquista.
Lo único destacable en la jornada del defensor riverplatense es que no llegó a la quinta amonestación y podrá redimirse el próximo domingo, ante Colón. Por el resto, fue una tarde olvidable.