River tiene la obligación de ser protagonista y seguramente eso no le molestará a Deportivo Merlo, que se caracteriza por hacerse fuerte cuando los rivales son mucho más en cuanto a la jerarquía individual.

Un partido para el pizarrón

Matías Almeyda no subestima a ningún adversario. Sabe que el fútbol se emparejó demasiado y que cualquier formación bien estructurada está en condiciones de plantear un encuentro equilibrado sin jugadores de cotizaciones elevadas ni pergaminos extensos. Y si de equipos humildes se trata, El Charro es un ejemplo de esfuerzo y resultados positivos sin una billetera abultada, pero con un técnico experimentado en el Ascenso (Felipe De la Riva dirigió en la D, la C y la B Metropolitana).

Con un 4-4-1-1 aceitado (por momentos puede ser 4-1-4-1), Merlo es capaz de ser un rival muy incómodo para River, debido a que sabe combatir en el medio y, además de ser compacto entre sus líneas, es muy sólido en defensa. Daniel Delgado es el principal estandarte principal en el fondo y contará con la colaboración de todos los volantes para la recuperación.

Sin embargo, River puede desequilibrar en un abrir y cerrar de ojos, gracias a la variedad de recursos que ofrecen sus individualidades. Es que justamente ahí estará la ventaja más significativa, teniendo en cuenta que Merlo se las ingeniará para cubrir todos los sectores del campo sin descompensarse.

¿De quiénes debe preocuparse Almeyda? Diego Sequeira y Jorge Ribolzi pueden generar algunas dificultades atacando sobre la derecha e izquierda, respectivamente, pero las cartas más pesadas son Ramiro López -criterio y llegada por sorpresa- y Maximiliano Barreiro, los responsables de los tres tantos que tiene Merlo en este torneo. Las acciones con pelota parada también representan un factor de riesgo, ya que De la Riva exprime al máximo el pizarrón.

Además, el DT uruguayo va al filo del reglamento e incluso lo excede, más allá de que es lo suficientemente capaz para ganar con armas nobles. ¿Ejemplos? Si Merlo está complicado y el resultado lo favorece, apelará a la queja de sus colaboradores para enfríar el trámite, sin medir consecuencias. También es factible el simulacro de sus dirigidos, entre tantas otras artimañas...

Lo cierto es que River tampoco dio señales precisas sobre cuál será su dibujo táctico. El Pelado viene apostando al 4-4-2, pero existe la posibilidad firme de que utilice un 3-4-1-2, con Carlos Sánchez como carrilero sobre el costado derecho, permitiéndole libertades en la creación a Martín Aguirre y Lucas Ocampos. De todas formas, eso recién quedará develado una vez que La Banda salga al terreno de juego para enfrentar a Merlo, un adversario que se presume más difícil de lo que muchos imaginan.

Por Germán Balcarce