Ramón Díaz se tomó unos días de vacaciones, pero lo tiene inquieto la llegada de un refuerzo. Al club le quedan nueve días para cerrar uno por la lesión de Pezzella.
Se fue a Entre Ríos. En sus campos la pasa bien. Y se relaja. ¿O no tanto? Este tiempo de sosiego para Ramón Díaz no es igual a cualquier diciembre. Porque si bien disfruta de los asados y de la naturaleza, está pendiente todo el tiempo de la llegada del primer refuerzo para el equipo versión 2013.
River cuenta con el guiño de la AFA para sumar un tercer refuerzo por la lesión de Germán Pezzella, pero el plazo vence el 22 de este mes. Quedan nueve días y solo se puede sumar un jugador del ámbito local.
Quién será ese hombre es un misterio. Y a Ramón eso lo tiene mal. Por eso espera levantar la copa en Navidad con una sonrisa y no con el gesto adusto con el que anda cada vez que habla con los dirigentes y estos le avisan que aún no hay nada cerrado.