Último partido de River en el año, ante Racing Club en el Cilindro de Avellaneda, por la fecha 27 de la Liga Profesional de Fútbol. Sin chances de pelear por el campeonato, pero con la obligación de ganar para asegurar su lugar en la fase de grupos de la Copa Libertadores.

En cuanto al equipo, Marcelo Gallardo fue sin vueltas y repitió el mismo equipo que goleó a Rosario Central en el Monumental. Con un 4-3-1-2, el Más Grande salió con: Franco Armani; Fabricio Bustos, Germán Pezzella, Leandro González Pirez, Marcos Acuña; Santiago Simón, Rodrigo Villagra, Maximiliano Meza; Claudio Echeverri; Pablo Solari y Facundo Colidio.

El duelo en Avellaneda comenzó de ida y vuelta y bastante friccionado, con tres infracciones muy fuertes por parte de la “Academia” sobre Fabricio Bustos, Maximiliano Meza y Rodrigo Villagra. La primera gran oportunidad la tuvieron los locales, con una buena salvada de Franco Armani ante el remate mano a mano de Roger Martínez. Y el “Millonario” probó por primera vez a los 20 minutos, tras un disparo muy fuerte de Fabricio Bustos que se fue por encima del travesaño.

Al rato, Sebastián Zunino le anuló un gol a los locales, luego de un claro fuera de juego del colombiano Martínez. Corría el reloj, y el partido se ensuciaba cada vez más, con mucho empuje y poco fútbol de ambos lados. Promediando la media hora de juego, Claudio Echeverri casi consigue abrir el marcador para los de Gallardo, pero un desvío en Germán Conti impidió que la pelota ingrese. Ahí reaccionó Racing, que puso el 1-0 mediante un cabezazo de Maximiliano Salas, proveniente de un centro y asistencia del mismísimo Juan Fernando Quintero.

El Millonario salió a jugar el segundo tiempo con varios cambios: Gonzalo Martínez, Rodrigo Aliendro y Miguel Borja ingresaron al terreno de juego en reemplazo de Santiago Simón, Claudio Echeverri y Facundo Colidio. El “Pity” tuvo la suya ni bien ingresó, con un zapatazo de media distancia que exigió al arquero a estirarse y poner la mano para mandarla al córner. Clave su ingreso, generando otra ocasión parecida mediante un tiro de tres dedos, desvíado por Arias.

Las modificaciones mejoraron a River, pero además cambió considerablemente la actitud. Además, el equipo siguió generando aproximaciones, con una de Pablo Solari que se fue rosando el poste izquierdo. Con el objetivo de seguir construyendo en ataque, el “Muñeco” agotó variantes con los ingresos Manuel Lanzini y Franco Mastantuono en lugar de Meza y Solari. La mala fortuna siguió de nuestro lado, ni de cabeza quería entrar, Arias tuvo su noche perfecta.

River cerró el 2024 de la peor manera: con una derrota en un clásico. Un primer tiempo para el olvido, falto de fútbol e ideas para imponer condiciones y con poquísima actitud por parte de los jugadores. Con las modificaciones se vio otra cara, pero no alcanzó, al igual que en la mayoría de los partidos del año. Una pena terminar así. El lavado de cara será fundamental y obligatorio.