River cerró la Florida Cup con una caída ante Vasco da Gama, pero con una preocupación gigante porque salió lesionado Sebastián Driussi.

Difícilmente sirva analizar en profundidad un partido de pretemporada. Sin embargo, la caída 1-0 ante Vasco da Gama deja sensaciones positivas para Marcelo Gallardo, sobre todo en la segunda mitad, donde mereció ganar, le anularon dos goles (uno mal) y no sancionaron dos penales a favor del Millonario.

Pero arranquemos por el principio: el Muñeco modificó el equipo que se preveía titular y regresó a la línea de 4. Moreira, Maidana, Martínez Quarta y Olivera fueron los defensores, mientras que los laterales se sumaron constantemente al mediocampo y Ponzio aparecía como el tercer central.

En un primer tiempo tedioso, lento y aburrido, de a ratos se hizo de ida y vuelta, pero ninguno de los dos equipos logró imponer su jerarquía y las llegadas fueron escasas.

Todo cambió en la segunda mitad. La actitud del equipo fue diferente, se adelantó en el campo y empezó a apretar contra su arco al conjunto brasilero.

Y ahí llegó el show del árbitro. El estadounidense Vincen Apple – Chiarella anuló bien un gol de Alario, mal uno de Mora, no cobró un penal por una mano dentro del área, debió haber expulsado a un jugador rival y le regaló el tiro libre con el cual Nené marcó el 1-0 final.

De yapa, no cobró nada ante una terrible infracción dentro del área que sacó del campo a Sebastián Driussi, quien recibió una dura entrada en el empeine y se marchó con lágrimas en los ojos.

Esa es la mayor preocupación. Habrá que esperar los estudios que determinen qué tiene el 11 Millonario, que mereció un mejor resultado en el cierre de la Florida Cup.

¿Ahora? A volver a Buenos Aires y a pensar en Aldosivi y Boca.