Pasión Monumental hace un repaso de los 10 puntos salientes de un 2013 a puro fútbol. Ramón, Emiliano, los refuerzos, Barovero, Balanta, Trezeguet, las eliminaciones de las Copas...

Trezeguet, David
Trezeguet, David

EL FUTURO, SIN BASES SÓLIDAS

Ramón potenció el plantel heredado por Almeyda, que venía a los tumbos y sin rumbo. Al Pelado que está haciendo una gran campaña lo echaron y regresó el Pelado más campeón. Sin embargo, de aquel primer semestre poco quedó. La última foto mostró a un River desilachado, sin identidad, sin línea. El riojano cometió varios errores en la segunda parte del año. Hubo partidos en los que el equipo tuvo una propuesta audaz, pero en otros jugó a la retranca, esperando más el error del rival que provocar una situación de peligro. Ramón cambió mucho de nombres y de sistema. Jamás le dio confianza a un equipo y eso se notó en la cancha.

EL GRAN AÑO DE BAROVERO

En otra época, las figuras de River eran el 9 y el 10, el goleador y el estratega. Los tiempos cambiaron y el mejor fue su arquero. Barovero tuvo nivel de Selección, pero no fue citado por Sabella, quien confía en Romero, Andújar y Orion. Aún con una defensa que muchas veces hizo agua (igual la de River fue una de las vallas menos vencidas), el 1 se encargó de subsanar los problemas con sus atajadas.

LA APARICIÓN DE ALVAREZ BALANTA

En materia de juveniles, fue el gran acierto del entrenador. El colombiano debutó y no salió más del equipo. Cuando lo hizo fue por lesión, suspensión y por una citación de Pekerman a su selección. Tiene personalidad, anticipo, es capaz de ganar de arriba en las dos áreas. Si bien bajó el nivel en los últimos partidos, es una garantía, da confiabilidad en el fondo. Ojalá que la próxima dirigencia lo mantenga un tiempo para que River le saque todo el jugo posible y, luego sí, hacer una transferencia que le aporte buenos dividendos a la institución.

EL SUBCAMPEONATO

Desde 2008, cuando fue campeón por última con el Cholo Simeone, que River no sabía lo que era pelear por el título. Aún sin jugar bien, lo luchó hasta la anteúltima fecha. Fue inestable y del otro tuvo un rival impecable como Newell´s, que mereció dar la vuelta olímpica.

LA CLASIFICACIÓN A LA SUDAMERICANA

Tras cuatro temporadas, River volvió a jugar una Copa. Un hecho no menor teniendo en cuenta el contexto, cuando en otra época era lógico que jugar por lo menos un torneo internacional por año. El equipo de Ramón llegó a cuartos de final, hasta que Lanús le hizo pegar un porrazo en el Monumental. Antes había dejado en el camino con sufrimiento -y sin merecerlo- a San Lorenzo y al ignoto Liga de Loja de Ecuador.

EL FRACASO EN LA COPA ARGENTINA

El torneo con menos importancia de todos los que disputó en 2013 terminó siendo una enorme decepción. Porque River cayó contra Estudiantes de Buenos Aires, equipo que milita en la Primera B, la tercera categoría del fútbol argentino. Y perdió bien, sin discusiones. La Copa Argentina no debe despreciarse, ya que otorga la chance de jugar la Libertadores y, además, representa un buen ingreso de dinero, algo que por Núñez no sobra.

LA POLÉMICA IDA DE TREZEGUET

Que fue por cuestiones futbolísticas, que fue por temas físicos, que un tema interno del vestuario fue más fuerte que todo... Lo cierto es que Ramón, con el aval de Passarella, borró al mejor 9 que tenía en el plantel, con contrato vigente y con el sueño de retirarse vistiendo la banda roja. Pero David terminó en el exilio rosarino, jugando para Newell´s y con alta eficacia en la red. Sin dudas, la limpieza del franco argentino fue un error. River no puede darse el lujo de por lo menos no tener en su plantel a un delantero de tamaño nivel.

LOS REFUERZOS

Hubo de todo, aciertos y decepciones. Leonel Vangioni fue un pleno de Ramón, que lo pidió hasta el hartazgo y el ex Newell´s respondió con creces, ya sea jugando de lateral o en el mediocampo, donde parece que puede rendir mejor que parándose de 3. Juan Iturbe se quedó a mitad de camino, pudo dar más, pero no tuvo tiempo y alternó en una delantera que tenía nombres como los de Trezeguet, Luna y Funes Mori como alternativas. Ramón pidió que se quede, pero fue imposible por su alto costo. En el mercado de invierno, el riojano insistió con Jonathan Fabbro, quien estuvo cerca en enero. La idea del DT era que el ex Cerro Porteño fuera el organizador, el que dictara el tempo en la mitad de la cancha. Pero no fue nada. Se nota que tiene calidad, buena pegada, pero lo perjudicó, según él, el alto ritmo del fútbol argentino comparado con el paraguayo. A Teófilo Gutiérrez se le piden goles, pero sólo marcó dos. El colombiano juega bien, tiene clase, habilita a sus compañeros, pero su hábitat natural no es el área, no se siente 9. Lógicamente, tiene el crédito abierto. Su compatriota Carlos Carbonero es otro que se quedó a medias, nada que ver con el volante que llegó de Arsenal. Rodrigo Mora volvió sin pretemporada y sólo queda el recuerdo de sus goles a Boca. Nada más. Osmar Ferreyra, un viejo protegido de Ramón, no aportó demasiado. Y el arribo de Juan Menseguez fue polémico, ya que junto al Malevo son muy amigos del hijo del entrenador y esto, sumado a los dos años de inactividad del Rayo, causaron polémica. ¿Había convicción en traerlos o fueron favores de amigos?

EL DISCUTIDO EMILIANO DÍAZ

Desde que es ayudante de su padre, jamás se lo escuchó hablar de fútbol, nunca dio un concepto de juego. Obviamente, esto no indica que Emiliano no sepa transmitir o desconozca cuestiones elementales de lo que pasa en la cancha. Fue futbolista, está al lado de una pelota desde que nació y puede crecer junto a un DT probado. Más polémica causó su incremento en el sueldo, de casi un 200%, obteniendo una remuneración que quedará a consideración del próximo de presidente de River, cuestión de la que se encargó de aclarar el propio Ramón, en un gesto clave para bajar la espuma, el enojo de muchos hinchas y el escándalo.

LO QUE VIENE

Es un interrogante. Ramón tiene en la mira a varios jugadores: Fabbro, Ponzio, Ledesma, Bottinelli, Mora... El problema es que no puede hacer una gran depuración porque sólo se pueden traer dos refuerzos o eventualmente tres si River juega la Libertadores. ¿Le conviene disputar la Copa cuando éste plantel no demostró estar a la altura y quebró varios récords negativos? Principalmente, este River debe cambiar la cara y, sobre todo, saber a qué juega. De Ramón y los jugadores depende. De lo contrario, el DT más campeón deberá irse por la ventana. Lamentablemente, dentro de la histeria y los nervios del fútbol argentino, es así. Tras un 2013 irregular, en el primer semestre del año que viene el riojano se jugará el desempate.