Almeyda probó los once ante Boca Unidos y paró a Villalva en lugar del Maestrico González. Todo el plantel quedó concentrado en un hotel del Tigre.
Mientras busca su estilo como DT en el momento más angustiante de la historia de River, Matías Almeyda presenta un sello incuestionable: va al frente. Y en este caso, para recibir a Boca Unidos, el Pelado va a poner cuatro delanteros. Sí, porque Daniel Villalva reemplazaría al lesionado César González. Así lo probó esta mañana, en el ensayo formal que realizó el equipo en Benavídez. Si bien el Keko arrancará desde atrás, buscará juntarse con el mentado tridente Domínguez-Trezeguet-Cavenaghi.
Es cierto que el Keko nació -y es- delantero. Pero el Pelado lo reinventó como mediocampista. Luego de estar freezado el año pasado, Villalva recuperó su lugar y es una de las primeras alternativas de cambio. Entró con Brown de Madryn y gritó de cabeza. Aunque luego quedó expuesto en la marca tras el agónico empate de Zanni. El correntino no llegó al cierre y el derechazo del volante superó a Vega. Pero aquella fatídica jugada, claro está, no fue responsabilidad suya, simplemente fue un actor más de un error de funcionamiento.
Almeyda tomó nota de aquel antecedente. Considera que Boca Unidos vendrá a defenderse al Monumental. Y que si bien es un riesgo que Villalva haga toda la banda, primero apuesta al desequilibrio individual, a lo que le puede dar el Keko en el uno contra uno. Y si el partido se abre, después sí pensará en alguna variante para equilibrar el medio.
El nacido en Caacatí, que hace una semana le dijo a Pasión Monumental que “si no tengo chances pienso en cambiar de aire”, está ante una gran chance. Titular en la Copa Argentina, donde hizo méritos para volver a ser tenido en cuenta, jamás actuó desde el arranque en el torneo.
Villalva tendrá de compañeros a Vega; Maidana, González Pirez, Ramiro Funes Mori; Sánchez, Cirigliano, Ponzio; Domínguez, Cavenaghi y Trezeguet. Así, habría una sola modificación en relación a los que empataron con Rosario Central.
TODOS UNIDOS
Sorpresivamente, Almeyda decidió que todo el plantel se concentre tres días antes del partido. Recién el sábado definirá quiénes deben quedarse a dormir en un hotel cercano a la isla del Tigre, lugar elegido para estar lejos del ruido. Por ahora, la idea es guardar a los más de 30 profesionales.