Uno por uno vs. Atlético Tucumán
Leandro Chichizola (5,5): si bien es cierto que en el primer gol debería haber salido en lugar de retroceder, fue vital para que el conjunto visitante no ampliara la ventaja con los remates desde afuera. Correcto a la hora de jugar con los pies.
Luciano Abecasis (4): no cometió grandes equivocaciones, pero tampoco ofreció garantías sobre su costado. Le faltó la convicción habitual cuando se proyectó, aunque los rivales estaban preparados para anularlo.
Jonatan Maidana (4): nunca pudo entenderse con su compañero de zaga y dejó huecos enormes en algunos momentos puntuales. Tampoco anduvo seguro en el juego aéreo y sufrió bastante con los delanteros de Atlético Tucumán.
Adalberto Román (2): a excepción de un par de anticipos lejos del área, fue un desastre. Lento a un nivel alarmante para un jugador profesional y con una falla determinante para que César Montiglio hiciera el segundo tanto. Como si fuera poco, sus pases encontraron las camisetas albicelestes con frecuencia.
Juan Manuel Díaz (3): sin marca, salida ni incursiones en ataque. Absolutamente pobre y con serios inconvenientes ante los avances de Montiglio. En el segundo tiempo, salió beneficiado con el planteo del Decano, debido a que no fue tan atacado.
Carlos Sánchez (5): para destacar su compromiso constante y el esfuerzo para pelear por pelotas inalcanzables. De todas formas, alternó buenas con malas y terminó actuando como volante sobre la otra banda. Incluso estuvo a un paso del descuento, pero el poste izquierdo le negó el festejo a su cabezazo.
Ezequiel Cirigliano (5,5): en el primer tiempo, perdió varias veces por falta de rapidez e imprecisiones como consecuencia de la presión rival. Sin embargo, creció mucho en el complemento, cuando se hizo patrón del medio, tanto para cortar y distribuir como en los relevos.
Lucas Ocampos (4): más allá de su ida y vuelta para colaborar con la recuperación, su aporte fue nulo en ataque, sin llegada hasta el fondo ni remates desde afuera. Tampoco contó con ayuda y quedó bastante aislado. Montiglio le ganó mucho.
Alejandro Domínguez (2,5): de no haber sido por la perseverancia, el compromiso, los antecedentes y todo lo que representa para el hincha, hubiera sido fuertemente reprochado, debido a que erró pases fáciles e insólitos con una constancia totalmente increíble para las condiciones técnicas.
Fernando Cavenaghi (5): voluntad y sacrificio en estado puro. No pudo aprovechar las chances que tuvo porque le faltó algo de puntería y Lucas Ischuk también se lo impidió. Retrocedió varias veces hasta el medio para tomar contacto con la pelota, un fiel reflejo de la ausencia de creación.
Andrés Ríos (4): bien en la intención, mal en la ejecución de las ideas. Sus apariciones fueron intermitentes y sin demasiado peso, más allá de que algunas acciones prosperaron en los metros finales.
Los que ingresaron
Alexis Ferrero (4): cuando ingresó, cometió errores preocupantes y dio la sensación de que Atlético estaba para la goleada. Sin embargo, el marcador central logró reivindicarse en un par de cruces, aunque no le alcanzó para transmitir seguridad.
Facundo Affranchino (6): el jugador más claro de River. Aportó movilidad, desequilibrio y desborde, sin grandes jugadas puntuales, aunque con la suficiente constancia para que se tratara de un cambio acertado.
Gustavo Bou (4): su inclusión no sirvió para encontrar el rumbo ni generarle inquietudes a la defensa visitante. No aportó claridad ni determinación para resolver en la ofensiva. Una imagen negativa: tuvo la chance para definir de zurda en una zona privilegiada, pero hizo un pase...
Por Germán Balcarce