Una pequeña sonrisa
A cuatro días de la final contra Boca, River lo ganó sobre el final en Paraná contra Patronato, prácticamente sin patear al arco. A esperar un milagro…
¿Con qué podemos ilusionarnos? ¿De qué nos podemos agarrar para pensar que River tiene alguna chance de ganar la Supercopa, viendo lo mal que juega el equipo fin de semana tras fin de semana?
En otra noche tétrica, el Millonario por lo menos dibujó una pequeña sonrisa con un triunfo sobre Patronato, en Paraná. Y sin patear al arco. Porque fue así: River no pateó al arco. Dos bombazos desde afuera de Mora que Bértoli mandó al córner y un gol medio en contra medio del uruguayo que sentenció el resultado. Nada más.
Armani fue la figura de un equipo absolutamente desdibujado, que intentó encontrar en Quintero a su armador y buscó desequilibrio con Mora y Auzqui, pero que casi nunca conectaron con Borré.
¿Enzo Pérez? Descolocado. ¿Zuculini? Escondido para recibir y dándosela siempre al rival. Lo único destacable fue el arquero y Maidana, de gran nivel. El resto, muy pero muy flojo.
Y, pensando en un Boca que viene en alza, el panorama no es alentador: Gallardo deberá tener la cabeza repleta de dudas y con muy pocas certezas.
Por lo menos, se llevó una sonrisa producto de la casualidad y rompió una racha de seis derrotas consecutivas de visitante.