Una estancia para hacer la diferencia

Cuando dos equipos salen a jugar de igual a igual, suele ganar el que posee jugadores más desequilibrantes, sobre todo cuando el terreno es amplio (110 metros de largo por 70 de ancho), tal como sucederá en el Nuevo Gasómetro. Es que Almeyda y sus dirigidos son conscientes de que cuentan con grandes posibilidades de imponerse en todos los aspectos del juego ante un rival que obviamente no está a la misma altura, a pesar de que ningún partido se gana de antemano.

Con el ingreso de Luciano Vella en reemplazo de Luciano Abecasis, River continuará apostando al 4-4-2, sobre todo en un campo donde ese esquema le garantizará cobertura a lo ancho y sociedades (Vella-Carlos Sánchez y Juan Manuel Díaz-Lucas Ocampos) por los costados para inquietar a un rival que no especulará, más allá de que deberá ser muy preciso y contundente en su afán de cambiar golpe por golpe.

¿Quiénes son los principales actores ofensivos de El Halcón? El uruguayo Víctor Píriz Alvez, no sólo porque es el goleador del torneo con tres tantos, sino también porque utiliza muy bien el juego aéreo y poco a poco comienza a consolidar su dupla de ataque con Leandro Fernández. Otro jugador destacado es el enganche Gonzalo Bustamante, mientras que Luis Jerez Silva tiene una capacidad importante para capturar los rebotes. ¿Y el banco? Atención porque estará Rolando Zárate.

Sin embargo, River tiene una jerarquía muy superior en lo individual y en lo colectivo, por eso tendrá que aprovechar que el terreno es una estancia futbolística para hacer la diferencia y, principalmente, concretarla en el arco rival, donde Fernando Cavenaghi, Alejandro Domínguez, Sánchez, Ocampos y Martín Aguirre ya hicieron su aporte en las cuatro jornadas iniciales.

Con las dos camisetas

A pesar de que Defensa es un club joven en el fútbol argentino, hay algunos jugadores en común con River: Bernardo Leyenda (no llegó a jugar oficialmente en Núñez), Ricardo Villalba, Leonardo Ramos, Pablo Frontini, Carlos Karabin, Ariel Franco, Emiliano Díaz, Rolando Zárate, Luis Facundo Villalba y Fabián Bordagaray.

Por Germán Balcarce