Una caída que no borra las sonrisas del verano
Como en el Torneo Inicial, Racing jugó al error de River. Y otra vez le ganó. Esta vez para quedarse con la Copa Centenario de Mar del Plata. Fueron dos jugadas puntuales, pero suficientes para que la Academia se vaya triunfador de la Feliz. La primera, a los tres minutos, cuando Abecasis tiró un pase hacia atrás, se durmieron Silguero y González Pirez, Espíndola no llegó a cerrar y Hauche definió por encima de Chichizola. La segunda, ya en el segundo tiempo, fue responsabilidad del arquero, quien tuvo una respuesta floja ante el cabezazo del delantero de Racing. El rostro de Ramón Díaz durante todo el partido fue una síntesis de una noche pobre para River. Igual, hay futuro y esto es apenas una derrota que no borra las sonrisas del verano. Aunque, claro, lo ideal hubiera sido levantar la copa en la Feliz.
La idea del técnico, que no repitió a ninguno de los que arrancaron con Boca, fue mantener el sistema táctico, con una marcada línea de tres defensores, cuatro volantes, un enganche y dos delanteros. Ayer, a diferencia de lo mostrado con Independiente y Boca, el nivel no fue el mismo.
Ramón quiere otro River y, más allá de la caída, hay buenas señales de cara a lo que viene. Una muestra es Ariel Rojas, quien se muestra revitalizado tras un 2012 flojísimo. Eso es cambiar el chip, tomar confianza, creérsela. Y eso también es mérito del técnico.
River no tuvo el mismo juego que ante Independiente si se traza un paralelismo con aquellos que actuaron en el primer partido. Lo pudo empatar, claro. Lanzini reventó un palo, hubo intentos desde afuera, Luna y Trezeguet tuvieron alguna chance. Ramón terminó tirando cuatro delanteros a la cancha, pero no era la noche de River. Ojo: Racing pudo estirar el resultado. Pero este 1-2 no debe borrar lo ya vivido. Solo debe servir como luz de alerta.
Imagen: Nicolás Aboaf (enviado especial a Mar del Plata)
[nggallery id=127]