Un River todoterreno
Matías Almeyda se fue muy conforme y no es para menos. Es que River mostró un nivel parejo y con varias características de las que pretende el técnico. El 4-4-2 regresó para instalarse definitivamente y sirvió como punto de partida para que todos lograran desarrollar un trabajo tan efectivo como sólido en el Bajo Flores, donde el 2-0 fue merecido y sin objeciones.
Alejandro Domínguez mejoró bastante con respecto al sábado pasado y por fin se mostró decididamente como delantero, una función que cumplió con momentos brillantes para ser desequilibrante y asociarse con Gabriel Funes Mori. El Chori administró de manera muy inteligente sus movimientos y encontró a una versión confiable del atacante mendocino, quien desperdició dos chances muy claras y abrió la cuenta con un zurdazo espectacular.
Sin embargo, Gimnasia había tenido a su favor una oportunidad desde los 12 pasos, pero Gonzalo Vargas no la supo aprovechar y, a través de su remate débil, facilitó la tarea de Leandro Chichizola, quien se adelantó bastante. Lo cierto es que el conjunto platense fue prácticamente inofensivo y sólo pudo equilibrar el trámite cuando recurrió a las faltas y el círculo central se hizo protagonista durante la etapa inicial. ¿River? Se adaptó a ese contexto y dejó en claro que está listo para ser un equipo todoterreno.
Además, La Banda generó espacios en ataque, pero Funes Mori se demoró para resolver con la pierna menos apta y los demás probaron desde afuera. En consecuencia, el local no supo conseguir la diferencia en el primer capítulo, aunque estuvo rápido para ponerse en ventaja cuando tan sólo iban cuatro minutos del complemento: el propio Funes Mori robó la pelota, la tiró larga por encima de un marcador central y definió de forma implacable.
A partir de ese momento, no hubo más equivalencias entre un equipo y otro. River comenzó a crecer en cuanto a volumen de juego y Gimnasia entró en el desconcierto absoluto. Funes Mori se lució con algunas maniobras colectivas e individuales, mientras que el Chori jugó e hizo jugar al resto. Lucas Ocampos acentuó su calidad sobre la banda izquierda y tanto los volantes -en primera instancia- como los defensores fueron inexpugnables.
De esa manera, Almeyda enterró los rumores y demostró que River está para ser un candidato firme. Es cierto que el Lobo estuvo lejos de ser feroz, pero justamente a un rival hay que ganarle sin inconvenientes, tal como lo hizo La Banda en la cancha de San Lorenzo. Allí, el equipo de Núñez cortó una racha de tres empates consecutivos y alcanzó los 15 puntos para mirar a todos desde arriba en la tabla de posiciones.
Por Germán Balcarce