Por Nicolás Bozonchuk (@nicobozonn).

Nuevo Superclásico ante Boca, con la obligación previa de ganar para al menos seguir escalando posiciones en la tabla y apuntar a la zona de clasificación. El partido más importante del semestre, necesario para alivianar las penas de todo un año que poco a poco se fue esfumando de emociones. Con elecciones un tanto raras en la previa, Martín Demichelis optó por el esquema 4-2-3-1, y salió con: Franco Armani; Andrés Herrera, Leandro González Pírez, Paulo Díaz, Milton Casco; Enzo Pérez, Nicolás De La Cruz; Nacho Fernández, Manuel Lanzini, Esequiel Barco; y Salomón Rondón.

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River arrancó mejor que Boca, con la posesión absoluta de la pelota e  intentando jugar a puro toque con los mediocampistas. Esta formula fue eficaz para acercarse al área, pero no para romper con peligro. En ataque, Andrés Herrera se proyectó como extremo y se encargó de tirar centros al área, aprovechando la altura de Salomón Rondón. La primera oportunidad llegó con Rondón como protagonista, recibiendo en la medialuna y tocando de primera para Barco que terminó rematando a las manos de Romero. Pocos minutos después, el venezolano volvió a ser protagonista, aprovechando el pase pinchado de Nico De La Cruz pero concluyendo con una volea floja y sin fuerza. El partido estaba espectacular, poco friccionado y con mucho juego. Boca apostó a las contras de la mano de Saracchi, quien se destacó por correr sobre la banda y buscar el pase clave a pocos metros del final. Pero el Millonario era superior, y seguía generando situaciones. A los 21 minutos, González Pírez tuvo la suya de volea posterior a un córner, pero el disparo se fue a pocos metros del arco. Y cuando el reloj marcaba 30 minutos de juego, Herrera iba a tener la más clara del partido pescando un gran centro de Nacho, pero no logró darle tanta fuerza al remate con su pierna inhábil. Pero la alegría máxima llegó 41 minutos, con un remate de Enzo Pérez que se desvió en Rondón y terminó entrando para silenciar a toda La Bombonera. Una carambola en la punta izquierda concluyó en el grito sagrado del venezolano, que acumula 3 goles en el certamen. Inmejorable forma de concluir la primera primera parte.

Boca cambió la cara en los primeros minutos del complemento sin remates ni complicaciones para Armani. el ex Atlanta United habilitó a Rondón para quedar mano a mano con el arquero, pero el tiro del ex Everton fue pésimo y lejano a la portería. la historia se fue dando de ida y vuelta, con las defensas luciéndose entre tantos centros y duelos mano a mano.
Cuando parecía que la historia estaba liquidada, tras un rebote de Romero en un remate de Colidio, Enzo Díaz quedó solo y disparó cruzado para arruinarle la tarde a los bosteros en La Boca y sentenciando el 2-0.
Triunfazo para alegrar la semana y el resto del año, teniendo en cuenta que los dos clásicos se los quedó River