Triunfazo agónico de River ante Talleres por la ida de los Octavos de Final de la Copa Libertadores
Por Nicolás Bozonchuk (@nicobozonn).
Que linda esta sensación de nuevo. Octavos de Final de Copa Libertadores con Marcelo Gallardo como entrenador, ¿Qué más se puede pedir? Hay una cosa, y es la clasificación a la próxima instancia para seguir soñando en grande, como tanto nos acostumbró. En esta ocasión contra Talleres en Córdoba, por el partido de ida de esta serie que se definirá en el Monumental.
El "Muñeco" pateó el tablero, y ante la incertidumbre de todos, decidió realizar algunos cambios significativos dentro del once inicial, como la inclusión de Fabricio Bustos, flamante incorporación, y el inesperado ingreso de Santiago Simón. Con un esquema 4-2-3-1, el Más Grande salió con: Franco Armani; Fabricio Bustos, Germán Pezzella, Paulo Díaz, Enzo Díaz; Matías Kranevitter, Rodrigo Aliendro; Santiago Simón, Claudio Echeverri, Franco Mastantuono; y el paraguayo Adam Bareiro.
River inició el partido con mucha ímpetu de poder abrir el marcador lo más temprano posible, apostando por la presión alta para forzar errores de Talleres en salida. Sin embargo, la primera chance clara llegó por parte de los locales, luego de un remate de Portillo que, por fortuna, fue desviado por Franco Armani a puro reflejo. A partir de ahí, los de Ribonetto comenzaron a atacar con más confianza, haciendo énfasis por la banda derecha de Fabricio Bustos. El peligro Millonario también llegó por ahí, con una muy buena habilitación del ex Independiente a Franco Mastantuono, que recortó con un enganche y concluyó la jugada con un tiro a las manos de Herrera. El partido se jugaba como una verdadera final, con mucha fricción e infracciones en toda la mitad de cancha, pero poco fútbol de ambos elencos.
Una de las principales incidencias del cotejo fue la expulsión de Suárez, marcador central de la "T", tras un pisotón insólito en el talón a Adam Bareiro. Desde el minuto 59, el Más Grande comenzó a jugar con superioridad numérica en cancha siendo una inmejorable chance para lastimar con contundencia. Es por eso que ingresó Agustín Ruberto para hacer dupla de ataque con Bareiro, saliendo en su lugar Aliendro. Sin respuestas ni ocasiones de gol claras, Napoleón sacó a Bareiro para que entre Pablo Solari, en busca de la inexorable ley del ex. Y cuando menos se esperaba, River encontró el 1-0 a cinco del final en la cabeza de Paulo Díaz que llegó mediante un excelente centro de Nacho Fernández, para hacer delirar a toda la gente ubicada en la Tribuna Sur del Mario Alberto Kempes