Por Nicolás Bozonchuk (@nicobozonn).

Luego de una fase de grupos de altos y bajos, llegó la hora de demostrar el calibre internacional en el Monumental. Ante Inter de Porto Alegre, equipo del "Chacho" Coudet, en un Monumental estallado de gente que no paró de alentar en todo el partido. Ya con la espuma más baja, y enfocados al 100% en este duelo tan trascendental, Martín Demichelis decidió por ir con lo mejor, incluyendo en el banco a los dos refuerzos (Funes Mori y Colidio). Con un esquema 4-2-3-1, el Millonario salió con: Franco Armani; Milton Casco, Leandro González Pirez, Paulo Díaz, Enzo Díaz; Rodrigo Aliendro, Enzo Pérez; Nicolás De La Cruz; Nacho Fernández, Esequiel Barco y Lucas Beltrán en la delantera.

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Pocos minutos bastaron para que River incline la cancha y comience a dominar el asunto. Después de varios minutos escaneando al rival, el Más grande consiguió su primer buen ataque con Nico De La Cruz a la conducción, tras un centro al área para Nacho Fernández que se fue por arriba del travesaño. Como de costumbre: muchos hombres en ataque, y pocos en el fondo pero sin recibir peligro. Y la segunda llegó minutos después, luego de una gran corrida y remate de Lucas Beltrán que fue anulado por Rochet. El equipo de Demichelis estaba jugando mejor y más con la tenencia de la pelota, pero sin perderle vista a los extremos del Inter que eran muy rápidos y explosivos. Los rivales fueron llegando poco a poco, mediante infracciones sonsas que River otorgaba cuando se hallaba despelotado. Incluso tuvieron una chance de abrir el marcador a los 25 minutos a través de Vitão, que probó de chilena y la terminó colgando a metros del arco. Sin embargo, esas pequeñas intervenciones del cuadro de Brasil no eran claras, y River de contraataque estaba plasmando su mejor juego. La más clara de la primera parte llegó de esta manera, con un pase filtrado de Nacho a Beltrán, quien de primera tocó con De La Cruz para que remate de frente a Rochet, pero jamás pudo acomodarse y definir cómodo. El primer tiempo venía siendo un 10 para el Millonario, pero una falta de González Pírez a Valencia complicó a todo el equipo. Desde el tiro libre, Wanderson filtró al área y Valencia ganó en el aire, peinando la pelota, venciendo la valla de Franco Armani y abriendo el marcador para su equipo. De esta manera, el elenco Millonario se fue al complemento con el resultado en contra sabiendo que tenía 45 minutos para revertir el asunto.

River comenzó a atacar por ambas bandas el Millonario pudo encontrarse más con el juego de Barco, que de hecho tuvo un remate picante que Rochet salvó de milagro. Con el correr de los minutos, el equipo de Coudet se fue replegando Este entró endemoniado, fue factor crucial en los últimos partidos y no iba a ser menos en este, aprovechando un pase hermoso de De La Cruz a las espaldas de los defensores y venciendo la valla de Rochet con un remate cruzado bien potente.
pero yendo a buscar el partido a flor de piel Pero el otro que seguía más que dulce, a punto caramelo, era Solari, quien se pegó una corrida de aquellas tras un pase de Beltrán y dio vuelta el marcador luego de definir mano a mano frente al arquero el Millonario abrochó el triunfo en la ida de octavos de final y viajará a Porto Alegre con la ilusión de clasificar a cuartos.

¡Que manera de sufrir, dios mío! Fue un partido de locos, que nos dejó con la sensación de que se podría haber ganado por uno o dos goles más en el marcador. Hay que destacar a todo el equipo, que a pesar de irse en desventaja al complemento, jamás negoció la actitud y quiso con fervor conseguir este resultado. Ahora nos toca viajar a Brasil a dejar hasta lo que no tenemos. ¡Vamos River, carajo!

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