Sigue en deuda

No puede ante los de arriba. Casualidad, presión, bajo nivel, pueden ser muchas las razones, pero lo cierto es que cuando hay que ganar, cuando la situación se muestra óptima para marcar la diferencia, River no puede.
Y hoy, no fue la excepción. Aunque el rendimiento general fue malo, al Millo le faltaron ideas y los cambios parecieron tardar mucho en llegar. Por momentos, el equipo se vio desbordado en la mitad de la cancha, con un Ponzio, que solo no pudo, aunque fue de lo mejor de River. Igualmente, oportunidades existieron, principalmente en la segunda etapa, aunque no hubo precisión a la hora de definirlas.
Porque los de Almeyda lo pudieron haber ganado, es cierto. Trezeguet tuvo una jugada clara, que no pudo definir, y Aguirre, tuvo la oportunidad de poner el 1 a 0, a pocos minutos del final. Aunque claro, Gimnasia también lo pudo haber hecho, principalmente en el primer tiempo, en el que Vega no brindó seguridad, más allá de que mejoró en el complemento.
Preocupa la poca solidaridad de Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez. El Torito tenía una oportunidad clara para enviarle un centro a Trezeguet y prefirió tirar, casi sin chances, al arco. Incluso se enojó con Sánchez por un centro que no lo tuvo como destinatario, y que fue a parar a la cabeza del delantero franco-argentino.
River volvió a fallar en el momento justo para despegar. Habrá que esperar al lunes para ver el resultado de Instituto, con quien comparte la punta del torneo. Lo cierto es que, una vez más, el equipo sigue en deuda con la gente.
Por Antonella Valderrey
Imagen: Nicolás Aboaf / Pasión Monumental