River parecía quebrar la mala racha de empates con el chip de la Libertadores, pero una nueva igualdad, ahora con goles, volvió a dejar al Millonario tambaleando en el torneo local.

No puedo llegar la primera victoria en la Superliga a pesar del envión del triunfo Copero ante Racing. River cortó la sequía de goles pero no pudo hacer lo propio con los triunfos. Habían sido 318 minutos sin convertir, curiosamente ante San Lorenzo la última vez.

El equipo empezó con menos potencia que contra la Academia, pero se fue amoldando con el correr de los minutos y supo reaccionar al asedio del local, que bajó el rendimiento después del penal no cobrado de Enzo Pérez y empezó a derrumbarse cuando Juanfer puso el 1-0 después de una jugada magistral.

Senesi, que exigió a Armani, y Reniero, fueron las caras del peligro que generó el Cuervo hasta que Blandi empató el partido.

La vuelta de Pity Martínez fue una de las buenas noticias de la noche, con la ausencia de Nacho Fernández por lesión, como contraposición. Todo lo positivo que restó,hasta el gol del local, tuvo que ver con la continuidad de la idea que se vio por Copa Libertadores: presión alta y laterales proyectándose con peligrosidad. Casco no defraudó desde que volvió y Montiel sigue demostrando que se adaptó a un puesto que le era ajeno y ahora defiende casi con naturalidad.

El golpe anímico que significó el gol del empate dejó al equipo sin ideas, pese a los cambios que introdujo Napoleón. De esta manera, la Superliga sigue siendo terreno esquivo para un grupo que muestra los dientes por Copa, pero sigue sufriendo cada fin de semana en el certamen doméstico en el que no puede hacer pie.