Rotación y nuevo sistema
Ramón Díaz le dará descanso a algunos futbolistas y plantaría un 3-4-2-1 para jugar en los 2.100 metros de Loja, donde River llegará sobre la hora del partido con el fin de contrarrestar los efectos de la altura.
Que la Liga que dirige Aguinaga aparenta ser fácil en los papeles, no es un asunto que le de confianza a Ramón. Entiende que River aún no está afirmado, que hay futbolistas cansados y que hay que rotar porque en el torneo local aún se tiene vida a pesar de estar lejos de la punta. Y si estas cuestiones llevan a plantear una formación más de corte que de creación, se insiste, al DT más campeón de la historia no le importa.
Así quedó demostrado tras la última práctica realizada en el estadio de Barcelona, en Guayaquil, morada elegida por Ramón para contrarrestar los efectos de la altura. ya que River llegará a Loja un par de horas antes del choque por los octavos de final de la Copa Sudamericana. Hubo trabajos en defensa y ataque, aunque la formación aún es un interrogante. Un probable sería: Barovero; Maidana, Pezzella, Bottinelli; Mercado, Ponzio, Kranevitter, Ferreyra; Fabbro, Lanzini; Teófilo Gutiérrez.
Ledesma y Vangioni, dos jugadores predilectos del entrenador, descansarían, ya que son de los que más juegan y la mente también está en el certamen vernáculo. Y en ese marco es que talla la chance de utilizar un dibujo táctico diferente al habitual. Y por eso también es que Ramón rota.
EL ANTECEDENTE
La última vez que un River de Ramón fue a jugar a la altura fue en 1999. Y el Pelado puso un esquema similar al que utilizará en Loja. En aquella oportunidad, el rival fue la Liga Deportiva Universitaria de Quito, donde hay 2.800 metros sobre el nivel del mar. La formación fue: Roberto Bonano; Pedro Sarabia, Leonardo Ramos, Eduardo Berizzo; Gustavo Lombardi, Carlos Netto, Leonardo Astrada, Sergio Berti, Juan Pablo Sorín; Cristian Castillo y Juan Pablo Angel.
El Millonario cayó 1-0 contra el equipo dirigido por el chileno Manuel Pellegrini, aunque igualmente pasó a los cuartos de final de la Copa Libertadores por penales, ya que en la ida disputada en Buenos Aires había triunfado por el mismo marcador, con gol de Carlos Netto.