River se acostumbró a perder: esta vez fue 1-0 contra Huracán y el único rescatable, con poco, fue el Pity Martínez.

Germán Lux (6): el gol de Huracán fue de penal y después respondió siempre bien cuando le llegaron. Solamente falló en un saque del arco.

Gonzalo Montiel (3): lejos del arranque prometedor cuando debutó, se convirtió en un manojo de nervios, que prácticamente ni pasó al ataque y que perdió siempre por su costado.

Lucas Martínez Quarta (4): todavía paga su larga inactividad y la falta de seguridad que le dan los compañeros de la defensa.

Javier Pinola (2): pésimo partido del central. Perdió todos los duelos, erró pases a dos metros y en sus pocas escapadas al ataque terminó más jugadas mal que bien.

Marcelo Saracchi (2): todo lo bueno que había hecho contra Boca lo tiró a la borda contra Huracán. Defensivamente, muy flojo y en ataque, nada. Pasó poco y nada y jugó casi siempre para atrás.

Enzo Pérez (2): desaparecido. Erró pases sencillos que dejaron varias veces mal parado al equipo y no contribuyó en ofensiva.

Leonardo Ponzio (4): de lo menos malo del mediocampo. En un partido apático, dejó su garra característica para dar la cara por el equipo.

Ignacio Fernández (2): se soltó un poco más cuando salió del campo Enzo Pérez, pero prácticamente no terminó ninguna jugada bien.

Gonzalo Martínez (6): el mejor del equipo, con mucha diferencia por sobre el resto. Las pidió todas, fue la base de cada ataque de River y hasta pudo haber convertido.

Ignacio Scocco (4): más preocupado por pelear que por jugar, terminó habilitando en un par de ocasiones a Santos Borré y tuvo dos tiros libres que pateó mal.

Rafael Santos Borré (5): más ganas que fútbol. Marcos Díaz le atajó un mano a mano que había definido bien, pero desperdició una situación increíble en el segundo tiempo. Más allá de eso, tuvo algunos buenos movimientos.

Lucas Pratto (-): se movió, peleó y se mostró, pero no le dieron una pelota.

Rodrigo Mora (6): la única buena noticia de la noche fue el regreso del uruguayo. Terminó tirando tres centros, de los cuales uno fue a las nubes, pero los otros dos representaron situaciones claras de gol. Con eso, ya hizo más que la mayoría del equipo.