El objetivo está fijado. Los primeros días de preparación demuestran lo estricto que va a ser el verano del plantel. Es que el Millo va a disputar uno de los semestres más difíciles de su historia y la obligación de volver al lugar que se merece hace que el esfuerzo tenga que ser doble.

En el segundo día de pretemporada, los dirigidos por Matías Almeyda volvieron a trabajar con el balón y nuevamente fueron divididos en grupos. El primero, integrado por los delanteros y los volantes ofensivos, hizo trabajos de definición a las órdenes del técnico. El segundo, conformado por defensores y mediocampistas defensivos, realizó ejercicios tácticos bajo la atenta mirada de José Chamot.

El calor fue protagonista y obligó al cuerpo técnico a parar la práctica varias veces para que los futbolistas pudieran hidratarse. Por la tarde, volverán a los entrenamientos, seguramente sin las altas temperaturas matutinas, pero con la misma exigencia. Esa que necesita River para volver al lugar que nunca debería haber dejado.

Por Antonella Valderrey