Peor, imposible
Como si fuera posible, River jugó peor que el año pasado y perdió en su regreso a la Superliga: fue 1-0 para Huracán, con un penal inventado por Delfino. Cada vez más lejos de todo…
El campeonato quedó relegado hace rato y la Copa Libertadores 2019 parece, a esta altura, una utopía: River no para de perder y esta vez le tocó caer en Parque Patricios, donde Huracán le ganó 1-0 a raíz de un penal inventado por Germán Delfino.
El comienzo del partido fue favorable al Millonario. Con algunos movimientos interesantes, parecía que la tarde pintaba feliz. Pero todo se desmoronó muy rápidamente. En un pelotazo al área de Lux, Montiel le cometió (¿le cometió?) penal a Noir, que rápidamente Pussetto cambió por gol.
La ventaja para el local fue irremontable: el equipo de Gallardo se convirtió en un manojo de nervios y, más allá de que Borré desperdició dos situaciones inmejorables, no mereció el empate por lo flojo de su juego.
En la segunda mitad ingresaron Lucas Pratto (no le dieron una pelota) y Rodrigo Mora (la única buena noticia entre tanta malaria), pero poco pudieron hacer cuando la desconexión fue absoluta.
Pinola transmitió inseguridad a toda la defensa, Martínez Quarta y Montiel se dedicaron a tocar para atrás y Saracchi jamás pasó al ataque. Ponzio, Enzo Pérez y Nacho Fernández fallaron pases de dos metros y dependió todo del Pity Martínez, quien tuvo un aceptable encuentro y habilitó varias veces a Scocco, más preocupado por pelear que por jugar, y a Borré, a quien el gol a Boca le dio más confianza para participar, pero no para definir.
Son 18 las unidades que separan al Millonario del líder del campeonato, en una lucha que hace tiempo lo tiene lejos, algo a lo que se acostumbró en el ciclo Gallardo. Pero, lo preocupante, es que ni siquiera es fácil el ingreso a la Libertadores 2019: quedó ¡¡a 9 puntos!! del último clasificado, quien es justamente Huracán.
La semana que viene se viene Olimpo, uno de los peores equipos del campeonato, un rival que se supone que será accesible. Pero tres puntos no cambiarán la imagen que dejó River: apático, empeorando problemas que se arrastraron del 2017 y lejos de ser un equipo candidato a algo.