Matías Almeyda no es un técnico que persiga a sus jugadores. Desde que dirige a River siempre optó por la confianza y por armar un grupo homogéneo, algo que se nota más allá de lo que suceda en la cancha. Sin embargo, para la recta final del torneo, el Pelado ha tomado una decisión inedita: todo el plantel se concentrará tres días antes del partido frente a Boca Unidos.

La idea del entrenador es estar lejos del ruido. Entonces mañana, luego del entrenamiento a puertas cerradas, la tropa se guardará en Benavídez, en el predio Buenos Aires Football, propiedad del Pelado. Recién el sábado se definirán los 18 o 19 disponibles para jugar el domingo y el resto será liberado. Pero antes,  todos adentro. ¿Servirá de algo esta movida?

Por otra parte, en la gélida mañana de Ezeiza, Almeyda no aportó precisiones acerca de la formación frente a los correntinos. La novedad fue que César González trabajó a la par del resto en la parte física, pero trotó aparte cuando hubo fútbol en espacios reducidos. El venezolano, por una distensión en el muslo posterior derecho, no estará el domingo. Aunque su evolución es positiva y regresaría ante Patronato.

Almeyda no definió quién será el sustituto del Maestrico. Lucas Ocampos es el candidato número 1, aunque también asoma la chance de que juegue Martín Aguirre. Lo definirá mañana, en Benavídez, ahí donde el plantel se unirá para no distraerse y encaminarse en busca del máximo objetivo.