David Martínez se refirió a su presente en River y contó un anécdota que vivió de chico en relación a la posibilidad de cumplir su sueño de jugar en el Más Grande. 

Como tantos jugadores que surgen de las Inferiores de River, David Martínez es de los pocos casos que logró consolidarse en el primer equipo. Después de foguearse a préstamo en Defensa y Justicia, el central retornó al Millonario y hoy es una pieza inamovible para Marcelo Gallardo.

“Estoy muy contento de seguir en el club. No fue una decisión difícil porque tenía claro lo que quería.Me puse firme y quise continuar. Estoy acá para seguir creciendo y ganando cosas importantesNo me quedé solo por lo emocional, sino por mi carrera. Todos saben lo que representa River: es un club gigante y no podés equivocarte. Y yo estoy para sumar experiencia, mantenerme en la selección y explotar mi carrera que no es tan larga”, expresó Martínez en diálogo con La Nación

Martínez, el jugador al que no le creían que iba a llegar a la Primera de River

El central continuó: “Pensé en las ofertas que llegaron, pero no dudé. Gallardo ya sabía lo que quería, no necesité ninguna charla. Él sabía lo que tenía en mente, la decisión estaba tomada sin hablar”.

LA HISTORIA DE VIDA DE DAVID MARTÍNEZ

"Me levantaba a eso de las cinco de la mañana para poder llegar temprano al Monumental. Primero me empezaron a acompañar mis viejos y después empecé a ir solo. Desde Ciudad Oculta al club tenía una hora de viaje en el colectivo 28. Después iba al colegio a la tarde y estaba todo el día afuera. Pero para mí era divertido. Iba con compañeros, la pasaba bien. Yo no hice un sacrificio, eso lo hicieron mis viejos laburando para sostener a la familia: mi mamá como empleada doméstica y mi papá en una empresa de publicidad. Lo mío fue dedicarme a entrenar y a jugar al fútbol, nada más".

"Yo no hablo mucho de esto porque no es mi perfil. Pero cuando lo hago lo siento de verdad porque estuve ahí. Y ese miedo a contarlo lo fui perdiendo. Porque elegir el camino correcto depende siempre de cada uno. El apoyo de la familia es muy importante, pero podés elegir tu camino igual. Está en tus manos. Conocí mucha gente y muchos amigos que, aunque tenían un apoyo familiar, tomaron el camino equivocado. Yo por suerte tomé el correcto y nunca estuve cerca de perderme por cómo me criaron y por lo que yo quería. Pero si te lo ponés a pensar, tampoco estaba tan lejos: tenía amigos que robaban o se drogaban al lado mío y a mí jamás se me cruzó por la cabeza. Y se lo debo a la familia impecable que tengo".

"A mí de chiquito me gustaba vivir el día a día, no pensaba tanto. Cuando iba a entrenar en las infantiles, nunca creí que iba a estar donde estoy hoy. Yo iba y me divertía. Imaginate que en el barrio no me creían que jugaba en River. A mis viejos le decían que no, que cómo podía ser… pero nosotros somos una familia humilde a la que nunca le importó lo que dijeran los de afuera. Después se fue dando todo, pero nunca imaginamos esto".

"Ahora yo cuando voy para el barrio me cruzo a los que decían eso. Yo no les doy bola. Voy poco por el tiempo, pero sigo yendo porque tengo a mis amigos ahí. A lo largo del tiempo he perdido amistades, pero muchas las conservo. Y me gusta ir a visitarlos, me tratan de 10 y ahí soy uno más de ellos. Eso es lo que a mí me gusta. No quiero caminar y que digan ‘uh, ahí viene David Martínez, el jugador de River, mirá’. No, yo soy uno más. Soy David, el Negro. Quiero que me sientan como uno de ellos, yo viví ahí, salí de ahí".

"Este año hay un poco de todo, tenemos más de 50 partidos. A mí me gusta ir paso a paso. Pero yo quiero salir campeón de la Copa Libertadores. Es mi deseo para este año, pero estoy tranquilo y sé que con trabajo vamos a llegar lejos. Y después, jugar el Mundial es el deseo de cualquier jugador. Hoy con Paraguay no estamos como queremos en la tabla, estamos complicados. Pero matemáticamente se puede y vamos a dar todo hasta lo último contra cada rival porque queremos entrar. Ahora se nos vienen dos partidos muy difíciles y vamos a intentar sacarlo adelante. Nuestro sueño es clasificarnos".