River decayó de un tiempo a otro y aunque lo remontó desde el juego le faltó efectividad para definir un partido que pudo haber ganado por mucho.

La chance de sumar la cuarta victoria consecutiva estuvo latente durante los primeros 45 minutos, en los que River se impuso, y por mucho, a Rosario Central desde el juego. El golazo que abrió la cuenta fue una clara muestra del nivel y la confianza que hay en River.

Sin embargo, la obra de arte de Quintero no alcanzó y la falta de efectividad, con la situación que no pudo concretar Borré en el área chica como ejemplo, es la radiografía que explica el por qué del resultado final.

En el segundo tiempo un blooper de Armani le dio el empate al local después de un remate de Allione que bien pudo haber sido intrascendente.

Si bien el uno se redimió y salvó al Millo varias veces más, ni la muñeca de Napoleón moviendo el banco pudo torcer el resultado.

River dejó pasar una chance, pero mantuvo el nivel y supo bancar el partido después del bajón de los primeros minutos. La imagen terminó siendo positiva y el punto puede llegar a valorarse más adelante. Ni bien sonó el pitazo final la sensación fue una sola: se escaparon dos puntos y habrá que afinar la puntería de ahora en más.