La fiesta no se pudo postergar
La prohibiciñon de los mosaicos no impidió que la gente mostrara globos y banderas con dedicatorias en las tribundas durante el primer clásico después de la final en Madrid.
Gustavo Gallardo Kuster
@gallargus
El foco del superclásico se corrió momentáneamente por el intento de impedir que la gente se expresara desde las tribunas en el primer cruce después de la final fallida en el Monumental y la victoria en Madrid. Con los mosaicos postergados por disposición del Ministerio de Seguridad de la Ciudad, los globos negros, los cánticos y las banderas que empezaron a aflorar a los 25 minutos de la primera mitad, dejaron en claro que fue imposible evitar un desahogo histórico de la gente de River.
Las banderas con dedicatorias, todas alusivas al 9 de diciembre, los ingeniosos mensajes y el "velorio" que se preparó, terminó formando parte de un partido que pasó rápido y sin dejar mucho más que la certeza de que los encuentros más chivos serán los de la Libertadores, en donde no se puede dejar de pensar en que habrá más expresiones, autorizadas o no.