Gallardo y su primer gol a Boca: "No era consciente cuando patee este penal, tenía 18 años"
Con menos de 20 años Marcelo Gallardo ya jugaba en la primera de River, formaba parte de la Selección y recordó el momento donde sintió el peso del momento donde jugaba.
A sus 17 años, el Muñeco debutó en la primera división y comenzaba una extensa y buena carrera en el fútbol. El técnico de River recordó el primer gol que le hizo a Boca, el momento donde sintió la responsabilidad y resaltó la figura de sus padres.
Corría el 11 de diciembre de 1994, el Más Grande se encontraba peleando el campeonato y en la fecha 18 se enfrentaba al eterno rival. Con un 2-0 a su favor, el equipo de en ese momento dirigido por el Tolo Gallego tenía un penal y Gallardo a sus 18 años agarró la pelota para ejecutarlo.
Sobre esa situación, el Muñeco recordó: "No era consciente cuando patee este penal, tenía 18 años. Íbamos 2 a 0, teníamos otro penal y era todo natural para mi jugar en la primera de River. Cuando empecé a serlo empezás a sentir el peso"
Esa naturalidad fue modificada en el momento donde comenzó a sentir el peso del lugar donde ocupaba: "Hubo un día que sentí el peso de la responsabilidad, fue el partido con Bolivia en la Copa América contra Uruguay después de errar un penal en cancha de Quilmes y sentí que esa crítica que no era hacia mí fue el primer cimbronazo. Jugué el primer partido de la Copa América y ahí sentí que era consciente de lo que estaba viviendo porque no pude levantar las piernas, me había agarrado un temor. Esto esta bueno contarlo porque es experiencia, me había paralizado, jugué 45 minutos y salí. Con 19 años era un pendejo y venía siendo totalmente inconsciente"
Otra de las fotos que recibió el entrenador en un diálogo con TyC Sports fue junto a su padre, a lo que opinó sobre el presente de muchos chicos: "Muchas veces no se tiene en cuenta al niño que empieza a perseguir el sueño de futbolista, hay mucho peso en ese cuerpo y gracias a Dios no fue el mío. Hay mucho peso para que se convierta en el jugador de fútbol que pueda estabilizar a toda una familia. Muchas veces se terminan generando cambios de roles, cuando un chico empieza a tener ciertas perspectivas".
Para cerrar, remarcó mucho el acompañamiento que hicieron sus padres: "El tránsito a veces es muy pesado porque nadie cuida de ese chico que tiene todo sobre esa carga, se invierten los roles y muchas veces no estás preparado. Yo pude ser acompañado por mis viejos en silencio, en el estar, el acompañar, el no expresarse de una forma eufórica detrás del alambrado. A mí me quedó muy marcado y valoro muchísimo que me hayan acompañado en silencio, nunca sentí ese peso. Acompañaban la felicidad de su hijo y por ende eran felices, esto es un tesoro que guardo de toda la vida".