Un River sin espíritu, que necesita entrar a las Copas, perdió ante un Vélez que sueña con salvar la categoría y la caída en el rendimiento parece no tener fin.

Gustavo Gallardo Kuster

@gallargus

La preocupación no desaperece en River. El equipo de Marcelo Gallardo mostró otra pobre actuación, esta vez ante un Vélez que sueña con no descender y le amargó la noche a un equipo que tiene que acomodarse para no quedar fuera de las Copas y tomar fuerza para debutar de la mejor manera en Brasil por la Copa Libertadores.

El primer tiempo parecía no poder ser superado por una actuación peor y dejó mal parado a más de un jugador que se postulaba para el debut en la Copa. No hubo profundidad en el ataque ni solidez en la defensa. Los delanteros sufrieron el desabastecimiento y no pudieron gravitar en las pocas que tuvieron.

Zuculini sufrió en una de sus primeras pruebas y tuvo que dejarle el lugar a Ponzio para que entre en el segundo tiempo a tratar de poner orden en un mediocampo que no fue la excepción a la falta de fútbol.

Desde la tercera fecha que el Millonario no sabe lo que es ganar de visitante y la presencia y efectividad de un arquero como hace un tiempo no se tenía fueron las claves para que el 1-0 no sea algo que haga más ruido todavía en los pasillos del Monumental. Van a ser días difíciles hasta que el debut en Río de Janeiro, atado a la ilusión de que el River Copero aparezca y cambie la escena, pueda cambiar un presente negro.