Hoy por la mañana arrancó la cuenta regresiva. Tras la licencia otorgada por el entrenador, el plantel de River trabajó en el predio de Ezeiza. Divididos en dos grupos, unos en el gimnasio y otros al aire libre, solo se realizaron tareas físicas. La pelota recién va a aparecer mañana.

Lo cierto es que la primera fecha con Belgrano asoma y desde lo futbolístico sobran los interrogantes. A la espera por la llegada de los refuerzos que restan, Almeyda debe arreglarse con lo que tiene. Hoy por hoy, en cantidad y calidad, parece no sobrarle nada a este River.

Lo más firme que tiene como convicción el Pelado es su dupla de ataque, integrada por Rogelio Funes Mori y Trezeguet. Sin dudas fueron los de mejor rendimiento como bloque en los amistosos de pretemporada. Otras fijas son Leo Ponzio y Ezequiel Cirigliano, aunque éste sigue atado a una posible venta. El libro de pases en Europa cierra el 31 de agosto, lo cual es un problema porque se corre el riesgo que sea transferido en el medio de una competencia.

El arco todavía no tiene dueño. Vega o Barovero, esa es la cuestión. Aunque el Indio correría con una leve ventaja. Fue titular en los tres amistosos de la pretemporada y es del gusto de Almeyda, quien lo valora por haber sido el arquero del ascenso.

En el fondo, Almeyda sabe que no podrá contar con Ramiro Funes Mori en la primera fecha por acumulación de amarillas. Su lugar lo ocuparía Jonathan Bottinelli, aunque el ex San Lorenzo llega con poco ritmo. El DT probó con González Pirez. Ahí otra duda. Mercado, Maidana y Vella, hoy lateral izquierdo improvisado, completarían la defensa.

En la mitad de la cancha, con la llegada de Ariel Rojas, se suma un competidor por los costados, con características disimiles con Ocampos y Lanzini, los titulares de la pretemporada ante la ausencia de Carlos Sanchez, recuperándose aun de la fractura de clavícula. Si llega el uruguayo, es con lo puesto.

Quedan seis días para definir los once.