El DT de River se mostró distendido en la presentación del segundo libro que Diego Borinsky escribió sobre su vida y terminó contando situaciones inéditas que quedaron afuera.

No fue una tarde más para Marcelo Gallardo. El DT de River estuvo junto a Diego Borinsky presentando oficialmente "Gallardo recargado", el segundo libro que el periodista escribió sobre el entrenador más ganador de la historia del Millonario, y el clima fue tan cómodo para Napoleón, que terminó contando hasta anécdotas inéditas.

"El equipo de trabajo es una pieza muy importante, por las personas y por sus capacidades. Biscay y Buján son los más cercanos de los que tengo, y nos conocemos de toda la vida. Trabajamos en armonía y con amigos", expresó, en relación a sus amigos, además de compañeros de trabajo, con quienes tiene una vida adentro del club.

En un momento, confesó haber estado a punto de irse, y haber sido frenado por Juan Berros, su representante, quizás uno de los responsables de tener en la institución al DT más laureado de todos:"Con Juan tuvimos varias discusiones; en un momento me quería ir porque no soportaba que mi calidad futbolística no pudiera expresarse como quería, y esa frustración pudo haberme hecho tomar decisiones incorrectas, como irme del club. Pero él me dijo: 'Pará, pensá'. Gracias a eso me quedé en River y desarrollé la carrera que desarrollé. Esto no lo hablamos en el libro. Es un bonus track, ja. Saber escuchar es una de las cosas que aprendí en mi vida y saber escuchar me ayudó muchísimo", soltó, para sorpresa del público.

El Muñeco y las anécdotas en la presentación de "Gallardo recargado"

Antes de entrar en una reflexión sobre cómo se vive el fútbol en Europa, a comparación de lo que pasa en Sudamérica, contó entre risas, y de manera antagónica, como un picado en Brasil terminó en una batalla campal por una patada de Biscay: "Cuando éramos jóvenes, con Matías Biscay, habíamos ido a Brasil, a Guarujá, San Pablo, con un grupo de amigos y se armó un picado en la playa. Terminamos siendo 15 contra 15 (había brasileros en su equipo) y cuando pegó una patada fuerte después de que le pegaran a uno de los nuestros, terminamos siendo 25 contra 5. No fue muy favorable para nosotros", soltó.

Finalmente, contó cómo fue jugar la máxima competición europea e hizo una comparación con lo que se vive en esta parte del continente: "Tuve la suerte de jugar la Champions League, y cuando vas de visitante te ponen alfombra roja, no pasa nada en los pasillos ni en los alrededores. Y acá tenemos naturalizados que si vas de visitante te tienen que asustar, que te tiren piedras, que te muevan el micro… Y decimos que son pasiones, y en realidad somos pasionalmente desequilibrados".