En los anales quedará como el #4D, el día que Ramón Angel Díaz puso primera en su tercer ciclo en River. Con otro contexto en relación a las anteriores etapas, lejos del jogo bonito que el Pelado intentará recuperar. Si bien estaba en funciones desde el viernes, cuando fue presentado oficialmente, Ramón comenzó con el trabajo de campo, con el que más le gusta y que desembocará en su reestreno, el próximo domingo en San Juan ante San Martín.

Fanático de laburar temprano, el riojano llegó 7.50 a Ezeiza. De jean oscuro e impecable camisa, se bajó de su auto y al toque su hijo Emiliano le tiró un botinero negro con sus pertenencias. Ramón entró primero al vestuario que el cuerpo técnico tiene en el predio, sitio que conocía de su segunda etapa en River (2001/2002). 8.30 aparecieron Daniel Passarella y Diego Turnes. Y media hora más tarde, tras algunas palabras del presidente, el Pelado comenzó con su monólogo de cara a sus dirigidos, a los cuales ya visitó el sábado y almorzó con ellos en la concentración. Fueron cerca de 20 minutos de arenga para terminar el año lo mejor posible.

Ramón, de remera roja con el escudo de River y bermudas negras, contempló el primer entrenamiento charlando con los dirigentes, mientras el plantel se movía bajo las órdenes de los preparadores fìsicos, Jorge Pidal y Carlos Bustamante (por su look, un Ponzio con 10 años más). Al toque, secundado por sus ayudantes, Marcelo Escudero y Emiliano Díaz, Ramón fue un Díaz puro: bromeó con el utilero Manuel Tula, se llevó el silbato a la boca varias veces y se paró pisando la pelota con esa zurda que rompió redes en sus años mozos.

A la hora de las charlas individuales, Walter Acevedo, Leonardo Ponzio, Carlos Luna, Jonathan Botinelli, Marcelo Barovero, Carlos Sánchez y Luciano Abecasis estuvieron cara a cara con el técnico. Excepto a Acevedo y Bottinelli, a quienes tuvo en San Lorenzo (el otro es Ledesma), el Pelado tanteó a quienes quizás sean parte del equipo del futuro.

Más tarde se dispuso a comandar el ensayo en espacios reducidos que hicieron los que no jugaron con Lanús, mientras que el resto hizo trabajos regenerativos. En una de las tribunas del predio, más de 50 pibes de un club de Junín, chicos que recién habían nacido cuando al Pelado lo limpiaron de River, gritaban por él. Ahora, en el día "R", esos niños comprobaron lo que genera Ramón Angel Díaz. A las 10.45, el DT juntó otra vez a la tropa. Ultimos conceptos y final de la primera práctica. El #4D quedará en la historia.

Imagen: Nicolás Aboaf

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