Volvió a aparecer el River copero de Marcelo Gallardo. Esta vez por la Copa Argentina y después de dos partidos de resaca, pegó en los momentos justos y eliminó a Defensa y Justicia. Ahora espera por Belgrano o Atlanta.

Bajó la espuma del 8-0 y River tenía que volver. Después de dos partidos sin el riesgo del gana o queda, Defensa y Justicia aparecía como una prueba de fuego para seguir en la triple competencia. Y el que sigue con fuego es Ignacio Scocco. Fusil de penal para adelantar rápido en el resultado, calidad para resolver en poco espacio y maestría para definir en el 2-0.

En 15, River tenía pelota, resultado y la distancia justa para tomar confianza. En esa primera etapa, no tuvo frente. Manejó los tiempos y descansó con el juego en sus pies. Borré, Ponzio, Scocco y De La Cruz -mientras estuvo en cancha- le dieron línea al equipo de mitad para adelante.

El entretiempo fue descanso continuado. River entró a afrontar la segunda mitad con ánimos de relajación. Replegado e impreciso, empezó a relegar las ventajas que había construido en el primer tiempo. Por suerte, la más importante, la del resultado, es la única que se mantuvo constante.

La impericia del rival, algo que no se repetirá en los duelos coperos contra Lanús, le perdonó los desacoples defensivos y la anemia ofensiva de la segunda parte.

Sobre el final, Exequiel Palacios le regaló a River la última alegría y la cuota de emoción con su primer gol con la banda. Se viene Atlanta o Belgrano, que definirán su serie el lunes. El campeón está y pisa firme por la triple corona.