Por Tomás Kunz (@TomasKunz_)

Desde principios de 2017, cuando tenía tan solo 11 años, que el hincha de River esperaba con ansias el debut y la gloria con el Manto Sagrado de Claudio Jeremías Echeverri, una de las máximas promesas en el último siglo del Millonario. La descoció en las inferiores y en su corto paso por la Reserva, con el Sudamericano Sub-17 en el medio, previo a subir a la Primera del Más Grande, a los 17 años y pocos meses y un futuro impresionante por delante.

Un partido de titular, cinco ingresando desde el banco de suplentes, una asistencia en su debut y tan solo 185 minutos en cancha le bastaron para demostrar lo que se venía esperando por él hace tantos años y el talento que se sabía que tenía. Pero así como fueron suficientes para demostrar lo bueno que era, también le alcanzaron para dar una inoportuna y errónea declaración minutos después de salir campeón y derrumbar toda esa ilusión que el hincha tenía por él.

Foto: PRENSA RIVER
Foto: PRENSA RIVER

"No, no voy a renovar con River. Me quedaré seis meses o un año más y después se verá", fueron las palabras del Diablito, en diálogo con ESPN, tras el 2-0 del Millonario ante Rosario Central y la obtención del título de Trofeo de Campeones. Ningún hincha ni nadie cercano a la prensa lo esperaba, pero el propio jugador, su representante y los dirigentes de River ya sabían que se iba a ir al Manchester City.

Según informó Fabrizio Romano, periodista especializado en mercados de pases en Europa, la operación transferencia se hará en un monto fijo de 14,5 millones de euros netos más €9 millones de objetivos individuales fáciles de cumplir a corto plazo relacionados con el rendimiento del Diablito. Esto quiere decir que no depende del rendimiento del club en cuanto a títulos a futuro. De esta manera, el futbolista se va por menos de la cláusula de rescisión, que era de 25 millones de euros netos, y se queda hasta fines de 2024 a préstamo. Sin duda alguna, de los peores finales posibles en una novela que tenía tanto para dar en el Mundo River.