Los tres puntos fueron lo único positivo de la noche en Núñez. Es que no le sobró nada al conjunto que dirige Matías Almeyda. Ganó con lo justo y necesario, el gol. Ese que consiguió el volante uruguayo con un derechazo potente y esquinado, tras una equivocación del fondo entrerriano, en un momento en el que cada vez se hacía más difícil presagiar un triunfo.

Patronato esperó, con dos líneas de cuatro y una defensa que se dedicó a rechazar todos los envíos, tanto cruzados como aéreos. River había tenido cuatro oportunidades muy claras en el primer tiempo, cuando Lucas Ocampos definió dos veces de manera desviada y en otras tantas chocó contra las manos del arquero Sebastián Bértoli.

Y como si fuera poco, a medida que pasaron los minutos el trámite se hizo demasiado áspero y luchado. Ambos equipos recurrieron varias veces a las infracciones y obligaron a que Juan Pablo Pompei mostrara en varias ocasiones la tarjeta amarilla. En ese contexto, el Millonario salió perdiendo, debido a que el empate era como una caída y la visita llegaba de contra.

Diego Jara provocó el mayor susto a los diez minutos del complemento, cuando definió por encima de Leandro Chichizola y el poste derecho evitó la sorpresa en Núñez. Pero el rebote derivó en la posición de Juan Casado, quien elevó inexplicablemente su tiro, desperdiciando una jugada inmejorable para abrir la cuenta.

Por supuesto que la máxima del fútbol esta vez se inclinó para el lado de River, tal como le había sucedido al revés en Corrientes. Es que 15 minutos después de aquella situación de riesgo, Sánchez capturó la pelota en el área de enfrente, apuntó y ubicó el balón entre el palo y el número 1 de Patronato. Gol, delirio y, sobre todo, desahogo para todos.

En el tiempo restante, River pudo haber ampliado la distancia en el resultado. El equipo rojinegro no tuvo más remedio que adelantarse para buscar la igualdad y por eso La Banda comenzó a llegar con más frecuencia y facilidad. Carlos Arano y Andrés Ríos no lograron hacer el segundo. Pero el tanto de Sánchez fue suficiente para obtener las tres unidades y cerrar el 2011 con algo de alivio, el justo y necesario.

Por Germán Balcarce

Imagen: Olé