Braian Romero comenzó su carrera en el ascenso y hace unos meses recordó el duro momento que tuvo que atravesar. Conocé la historia del nuevo futbolista de River.

El nombre de Braian Romero irrumpió ayer por la noche en el mundo River. En enero de este año, luego de ganar la Sudamericana, recordó un duro momento que le tocó atravesar en su vida.

El futbolista en el día de hoy se realizó la revisión médica y firmará su contrato. El Más Grande le pagará dos millones y medio de dólares por el 80% del pase a pagar en cinco cuotas.

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"Fui a dormir una siesta, cuando me levanté me dolía la cintura como nunca me había dolido y empezó a aumentar el dolor. Pensé que había dormido mal y al otro día fui a entrenar, me revisaron los médicos, me llevaron al hospital y me internaron. Estuve 15 días que no me pude mover de la cama", comenzó Romero.

En el mes de enero se dio el diálogo con la cuenta de la Copa Sudamericana donde agregó: "Tenía un dolor fuerte, no podía mover el cuello. Después de dos meses de estudio me detectaron una artritis reumatoidea. Tuve que dejar de jugar al fútbol, estuve casi dos meses sin caminar. Después de seis meses el corticoide no me hacia efecto".

"Hicimos una reunión con todos y en Acassuso me dijeron que me busqué otra actividad, porque si seguía jugando al fútbol me iba a seguir lastimando el cuerpo y no iba a poder caminar. La enfermedad estaba muy avanzada, fue uno de los golpes más duros de mi vida", siguió el relato.

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Y agregó: "Siempre tuve esa fe interna de que iba a volver. Empecé a ir a la Iglesia, mis abuelos siempre iban y siempre me decían que vaya. Me aferré a eso, un día escuché un testimonio del pastor y me llenó mucho, sobre los milagros que habían pasado en la Biblia".

Acá es donde, según él, se produjo el quiebre: "Empecé a crecer en la fé hasta que fui mejorando. Un día cuando le lleve al médico los estudios de rutina me pidió que los haga devuelta, me dijo que ese no era mi cuerpo y que me vaya contento, ´es como un milagro´ me dijo. Me hice los estudios después de 15 días y sí, no había más nada. Salí llorando, no lo podía creer; yo creí que eso me iba a pasar".