¿Que no se puede creer el penal que hizo González Pirez? Sí, tenés razón. ¿Que no hay explicación que justifique reemplazar a la figura del partido? Sí, tenés razón. ¿Que Trezeguet no estaba ni para jugar 45 minutos? Sí, tenés razón. ¿Que no se entiende por qué Bottinelli no marcó a Erviti? Sí, tenés razón. ¿Que Barovero salió como cualquier cosa menos como lo hace un arquero? Sí, tenés razón.

Hay muchas razones por las que River empató con Boca. Y son más propias que ajenas. Mucho ya se ha dicho para tratar de entenderlas, explicarlas o justificarlas. La bronca dura y va a seguir por un largo tiempo, pero a pesar del dolor hay algo inevitable: mirar lo que viene y también recordar lo que pasó para que no se repitan viejas (y tristes) historias.

Si a algún hincha aún le duraba la ilusión de prenderse en la lucha por el torneo, bienvenido a la realidad. Hay que empezar a agarrar la calculadora y hacer más cuentas que los arbolitos vendiendo dólares verdes, azules y celestes. River tiene 16 puntos, producto de cuatro triunfos, cuatro empates y otras tantas derrotas, y quedan 21 por jugarse. Necesita ganar cinco de los siete que partidos que le restan al torneo para irse de vacaciones con una cosecha que lo deje dormir sin necesidad de tomarse una pastilla grande como una pelota.

Para este River parece un desafío demasiado grande y eso es lo que preocupa. ¿Podrá? Porque con tres victorias cerraría el año con 25 unidades, una cifra media, pero que no da garantías aun manteniendo ese promedio en la otra mitad de la temporada. No se trata de ser tremendistas ni alarmistas. Simplemente realistas y previsores. Todavía está fresca la subestimación de creer que con lo que había y Bordagaray alcanzaba. Entonces, no le peguemos otra vez a la misma pared que la culpa no es de ella.

Si por algo no se destacó Almeyda fue por su lectura para elegir refuerzos. Desde que asumió como técnico, River no tuvo enganche ni una variante para Ocampos en la banda izquierda. No quiso incorporar un lateral zurdo en el último mercado de pases y tampoco pretendía un delantero: Mora llegó por decisión de la dirigencia.

Este plantel necesita refuerzos como el aire para vivir. Dos ahora, para aprovechar los cupos que abrieron las lesiones, y dos en enero. Refuerzos para que sean titulares. No incorporaciones que vengan a pelear un puesto. Con jugadores de categoría la expectativa puede empezar a estar a la altura de lo que merece la camiseta.