En sus dos apariciones, Iturbe ya demostró que puede ser desequilibrante en ataque y comenzó a hacerle sombra a un Lanzini que todavía no puedo encontrar su mejor forma futbolística en lo que va del campeonato. ¿Se queda con el puesto? VOTÁ EN LA ENCUESTA. 

La llegada de un enganche fue el gran deseo incumplido del técnico. Si durante el verano nadie dudaba de que su pedido tuviera fundamento, el correr de los partidos le terminó de dar la razón al entrenador. Pero sin un 10 de experiencia en el plantel, el Pelado tuvo que elegir entre las opciones made in River y finalmente fue Lanzini quien le ganó la pulseada a Mauro Díaz.

Pero la realidad marca que todavía Manu no logró ponerse el equipo al hombro y ahora se le siguen sumando competidores a la lista. Su nuevo contrincante es, además, su ex compañero en la Selección: Juan Manuel Iturbe. Aunque el ex-Porto no siente como natural el puesto de enganche, ya demostró en pocos minutos que puede ser desequilibrante en ataque. Encima, anoche convirtió su primer gol con la banda y la gente lo ovacionó. Sus actuaciones, breves pero contundentes, piden a gritos titularidad.

Es que Lanzini no le encuentra la vuelta a la posición. El 10 no logra hacerse cargo de la pelota cuando River pasa al ataque, desaparece durante gran parte del partido y los hinchas ya comenzaron a mostrar su impaciencia: ante Tigre, luego de un pase atrás a Bottinelli cuando la jugada exigía ir para adelante, aparecieron los primeros murmullos en el Monumental. De hecho, las principales jugadas de peligro del equipo terminan llegando por centros de Vangioni y Sánchez desde los costados y no por los pies de Manu, como su puesto lo exige.

Iturbe, por su parte, mostró todas sus cualidades cuando le tocó ingresar desde el banco: velocidad, dinámica, desborde, desequilibrio. Y encima, se despachó con un gol como para meter todavía más presión. Igualmente, aunque el delantero ya declaró que no tendría problema de jugar como enganche, no es su hábitat y, para ponerlo, Ramón debería resignar jugar con un enlace. Así, tendría que probarlo en el puesto o, en todo caso, resignar el esquema y jugar con dos delanteros por afuera y la referencia de Trezeguet (¿o Luna?) en el área.

Cuando en su discurso Ramón repite que todos los jugadores están en condiciones de ser titulares, no se equivoca. Ahora, tiene el mejor problema que puede tener un entrenador: que sus dirigidos le metan presión desde el banco. El DT deberá decidir si continuar dándole confianza a Lanzini o brindarle la oportunidad a Iturbe. ¿Quién se engancha, Ramón?