A pesar de haberse quedado con los tres puntos, el Pelado se mostró crítico, principalmente por el primer tanto de Atlético Tucumán: “Fue un partido difícil, sabíamos que desde el año 88 River no ganaba en esta cancha. Por cómo se presentó el partido, un 0-1 que nos molestó mucho porque llega un jugador solo, nace de un lateral, esos mínimos detalles son los que nos van a llevar a la Primera, se hablan y no lo podemos cometer”.

Y sobre el análisis del juego, Almeyda agregó: “No entramos bien, los primeros 15 minutos fueron para el olvido, pero después se acomodaron y dejaron el alma como les había pedido. Cuando el equipo se asentó, empezamos a marcar diferencia. Todos los goles fueron muy buenos, el primero fue un golazo, con muchos toques, y los demás también, con contundencia, velocidad, buenas definiciones en momentos justos y claves. Quedan cinco partidos eternos”.

Igualmente, el entrenador millonario reconoció la importancia de la victoria y se quejó por el estado del campo de juego: “Necesitamos triunfos, ganando así o desde el arranque, River necesita ganar para volver. Esta cancha se hizo difícil, el campo de juego, la cancha estaba muy blanda, es para los dos, pero a nosotros nos perjudicaba más”.

Por otra parte, habló sobre la presión que van a tener los rivales directos por jugar más tarde: “Nosotros hemos jugado un montón de partidos después de ellos, hay que ver cómo les juega la obligación de salir a ganar”.

La lesión de César González preocupó, pero Matías prefiere esperar antes de arriesgar un pronóstico: “Recién hablé con el doctor, aparentemente es un contractura, hay que esperar los estudios para saber con certeza qué le pasó”.

Por último analizó el rendimiento de Alejandro Domínguez y dejó un mensaje para los que dicen que no hay solidaridad entre los delanteros: “El Chori entró muy bien, con velocidad, marcó diferencia. Este es el jugador que queremos, el que da futbol, felicidad, es un mérito, un regalo. Le dio un gran pase gol a David, para los que dicen que no se la pasan”, ironizó.

Por Antonella Valderrey

Imagen: Olé