"Los dos primeros goles los grite con la misma euforia, porque el tercero no lo vi"
De la mentalidad ganadora de River a perderse el gol del Pity Martínez, Marcelo Gallardo y un histórico mano a mano para recordar la final contra Boca.
En medio de un año atípico, Gallardo cortó su día a día para brindarle un mano a mano al periodista Atilio Costa Febre que fue transmitido vía streaming y con el fin de que lo recaudado de las entradas sea para la acción solidaria que la Parroquia San Juan Bosco, Obra Misión Padre Pepe, lleva adelante en cinco villas de José León Suárez.
Los hinchas salieron a las calles para festejar el segundo aniversario de la obtención de la Copa Eterna. Desde el Obelisco al Monumental, los hinchas tiñeron la ciudad con los colores de River.
“Se me viene la cabeza la final en Madrid cuando la gente lo agradece y lo hace permanentemente. No me doy el gusto que se me venga a la cabeza la final porque considero que el día a día nuestro haga que me tenga que enfocar. No puedo perder de vista lo que estamos haciendo. Entonces no suelo tomarme ese pequeño recreo", comenzó el entrenador de River.
En un día tan especial para los hinchas, Gallardo remarcó la importancia de ese partido: "Momentos como esos no se van a dar. Muy intensos, de muchísima carga emocional y mental porque se jugó durante muchas semanas. La suspensión del primer partido por lluvia y todo lo que pasó después. No se vivió un partido de 90 minutos, fue mucho más."
Luego del empate en la ida, salió al balcón de la concentración y recordó: "Yo hago las cosas cuando y como las siento. Se que tengo que ser medidos con mis actitudes y mi comportamiento. En general, no soy un tipo políticamente correcto y en ese momento me pareció hacerlo. Yo había vivido algo también, no poder estar en una final tan importante, de todo lo que se habló, de esa persecuta que sentí."
En cuanto al partido, el Muñeco narró su análisis previo: "Nosotros nos íbamos a encontrar a un muy buen equipo. Boca tenía un gran equipo y jugadores que te podían hacer la diferencia individualmente, eran muy peligrosos. Nosotros siempre tuvimos la seguridad de lo que éramos como equipo, más allá de lo que podíamos sentir de la igualdad de condiciones de jerarquía. Creo que en lo mental estábamos mucho más sólidos, con una estructura consolidada."
"Los dos primeros goles los grite con la misma euforia porque el tercero no lo vi. Había bajado del palco y mientras iba bajando, iba viendo monitores que estaban en la escalera. Cuando baje faltaba el descuento", contó el técnico que tuvo que vivir el partido desde afuera.
"Creo que el día que más lloré fue en el 2014, en la semifinal de la Sudamericana con Boca. En el 2015 me habré quedado solo 10 minutos más llorando y en la semifinal con Gremio antes de que entraran todos. No lloré en esa final, pero esas veces que nombre tienen de todo, en Madrid no tenía nada adentro, era todo felicidad", confesó.
Y para cerrar la charla, Gallardo mandó un saludo muy especial: "Fue un placer y más en estos tiempos en los que vivimos, por lo menos estar cerca de la gente por acá. Gracias y un abrazo muy especial a todo los hinchas de River y espero que disfruten el día. Va a ser muy especial cada 9 de diciembre"