Los números son más que positivos. Con 23 puntos (seis victorias y cinco empates) en once presentaciones, el conjunto de Núñez es el único líder del campeonato, obtuvo el 70% de las unidades y está invicto. En consecuencia, el técnico millonario sabe que el camino es el correcto, pero no se duerme en los laureles conseguidos hasta el momento y es consciente de que el esquema no siempre podrá ser el mismo.

"En un futuro creo que vamos a tener que cambiar. En la B se estudia mucho al rival, entonces vamos a tener que hacer algún cambio, pero no es el momento", explicó el Pelado, sabiendo que a medida que pasan las fechas, cada vez es más fácil entender la identidad de su equipo. Sin embargo, confía en sus dirigidos: "Rescato una cosa: la humildad que tienen los jugadores. Saben que no se puede subestimar a nadie y dejan todo en cada partido".

Y, justamente, con respecto a los futbolistas, Almeyda les inspira confianza: "Lo más lindo para un jugador es la libertad mental que le puede transmitir un técnico, y yo trato de transmitirles eso: que disfruten de lo que hacen, con respeto y responsabilidad. Que cada vez que entran a una cancha, sea una fiesta. Quiero que se apoyen, que estén unidos, más allá de quién juegue, porque la unión es lo único que va a sacar al equipo adelante".

Almeyda conoce las reglas del juego en la categoría y está preparado para que cada rival juegue con un entusiasmo extra. "Una vez hablé con un hincha después de un triunfo. Me dijo: 'Estamos en la B y tenemos que ganarlo de punta a punta'. Y eso creo que es subestimar a los demás. Porque hoy River está en el Nacional B por creernos que éramos los mejores del mundo. El fútbol está muy parejo", analizó, en una entrevista con Clarín.

¿La receta para neutralizar el incentivo de los que se enfrentan con River? "Hay que correr a muerte, como corren todos, y tratar de hacer la diferencia con la calidad de nuestros jugadores", aseguró Almeyda. El DT cuenta es un auténtico emblema de la banda roja: "Cuando les hablo a los jugadores, lo hago con mucho sentimiento. Por ahí no tengo un gran léxico, pero sí les hablo con el corazón. Siento que les llego desde ese lugar, porque lo hago de hincha".

Además, Almeyda dejó en claro cuál es su sueño en el rol de entrenador: "Nunca fui un cobarde. En el peor momento, yo quiero estar, siendo consciente de que puedo perder esa idolatría que tuve como jugador. En River me quedaría como hizo (Alex) Ferguson en el Manchester United. Me quedaría hasta que me muera, pero en el fútbol argentino es imposible pensar en eso. La verdad que no me veo dirigiendo a otro equipo".

Por Germán Balcarce