El Lobo Ledesma prepara su despedida y repasa su carrera. Su último partido en River, el nivel alcanzado con Ramón como DT, la experiencia de haber jugado con Astrada y un párrafo aparte para la vuelta de Ariel Rojas al Millonario.

Cristian Ledesma prepara su partido despedida. El Lobo, campeón con River en cinco oportunidades, se despidió del fútbol en su casa: Argentinos Jrs. Sin embargo, a la hora de repasar su carrera, el Millonario ocupa un lugar muy especial.

En una entrevista concedida a Goal.com el Lobo destacó su último gol en River como parte importante en su carrera: ” El gol que hice en la cancha de River contra Quilmes fue lo más increíble que me pasó. Jamás en mi vida imaginé lo que pasó esa noche. Ser campeón de esa manera”, confesó.

Además, destacó a Ramón Díaz como el DT que más provecho supo sacarle: “San Lorenzo en 2007 y River en 2014, fueron mis mejores momentos futbolísticos”, aseguró. Y añadió: “Mucho de lo que aprendí en mi carrera, adentro y afuera de una cancha, se lo debo a Ramón. Cada vez que lo veo, le agradezco y él se ríe. Es un vínculo recíproco”.

De todos los jugadores con los que compartió equipo, eligió a uno para destacarlo por sobre el resto, y fue nada menos que otro gran número cinco que vistió la Banda Roja: “El Negro (Astrada) era un referente. Yo lo veía y me gustaba. Cuando llegué a River, pensé: “Yo no puedo venir acá a sacarle el puesto a este muchacho que juega acá hace 10 años”. Aprendí de él adentro y afuera de la cancha. Fue el jugador grande que más me ha marcado”.

También destacó la capacidad del Millonario para producir buenos volantes centrales y destacó a los que más le gutaron: “River y Argentinos sacan muchos jugadores en esa posición. No sólo Kranevitter. Guido Rodríguez es un chico muy interesante. Cirigliano, que después tuvo algunos problemas, es un grandísimo jugador”, señaló.

Finalmente, celebró la vuelta de Ariel Rojas a Núñez y presagió una buena segunda etapa en el club para el ex Cruz Azul: “Ariel entiende todo. Es un jugador completísimo. De esos que juegan en silencio, parecen que no están, pero están. Es muy regular. Da un equilibrio. Yo lo viví. Va a potenciar a los compañeros, les va a dar calma y le va a hacer muy bien a River”.

De Yapa, dejó una anécdota con el Tolo Gallego que merece ser recordada: “El Tolo Gallego se volvía loco cuando yo ponía el pie arriba de la pelota. Una vez paró un entrenamiento para que dejara de pisarla. Me decía que no era así, que tenía que hacerlo de otra manera. Pero yo jugué toda la vida en el baby, no podía sacarme esa costumbre de encima y nunca pude”.