Lo que más duele hoy es que apenas se supo que el rival era Platense se entendía cuál iba a ser el partido que, lógicamente, le iban a jugar a River. Lo sabíamos todos. Gallardo también. Pero casi que no se pudo solucionar. 

El partido era un empate y eso pasó. Los medios tradicionales dicen “roja a Acuña” pero no hablan de la patada en la cabeza de Schor a Paulo Díaz. Protestan un lateral a 70 metros de su arco y no dicen nada del tiempo casi asqueroso que hizo el rival. Es así: River genera eso.

Esta vez hay que aprender de los errores

Los errores ayer fueros dos: lo previsible que era el sistema del juego del rival y que casi te lo gana de esa forma, y el seguir perdiendo por penales.

La sensación que tenemos todos es que River tiene un solo resultado en los mata-mata: ganar. Porque si hay penales pierde. Y ya Armani, un monstruo como arquero, corrigió el tema de no atajar. Pero los compañeros no paran de errar. De eso se aprende, de los errores. De una vez por todas River debe solucionar esas dos cosas. ¿Que se le meten atrás? Bueno, agujeréalos.

Y practicar penales, eh. Porque eso ya no es cuestión de suerte.

Esta vez hay que aprender de los errores