Marcelo Barovero contó lo que significó su despedida de River en 2016 y la cuestión personal que le tocó afrontar días antes.
Ezequiel Pirotti @tanopir
Cuando todos creían que Marcelo Barovero iba a estar eternamente en River, el arquero tomó la decisión de irse del club allá por 2016. El cariño que le demostró la gente, en su última noche en el Monumental, causó emoción en el cordobés, que comprendió la situación tiempo después.
“Fue una noche muy intensa. Estaba medio emocionado, pero no alcancé a llorar. Unos días después no me pude contener, cuando retiré las cosas del club y me fui a Porteña a ver a mis viejos. Estaba solo, manejando en la autopista entre Rosario y Santa Fe, hablé por teléfono con mi mujer y de golpe me cayó la ficha y me largué a llorar, y así estuve varios kilómetros llorando solo en el auto”, contó Barovero, en una entrevista con La Nación.
Por otro lado, Trapito sumó dos cuestiones particulares que además lo movilizaron en esas fechas: “Mi viejo cumplía años el día siguiente y venía de tener un problema de salud grave, un tumor en el pulmón. Lo habían operado en febrero, también había fallecido el abuelo de mi señora, que era como un padre para ella, cosas que por lo general la gente no sabe, pero que pasan, y además eran mis últimos meses en el club, así que fue un semestre emocionalmente muy fuerte para mí. Por suerte salió todo perfecto con mi viejo y estamos felices de las posibilidades que te da la vida. Hoy está muy bien”.