Un nuevo aniversario nos lleva a la tarde en la que Alonso se vistió de héroe y se metió en la historia con una doblete impresionante y la pelota que ya es una marca registrada.
Un 6 de abril de 1986 un River que ya se había consagrado campeón visitó a Boca y, vuelta olímpica mediante, se despachó con un 2-0 con la firma del Beto Alonso, que pasó a la historia por su actuación en un contexto particular.
La gran cantidad de papelitos arrojados al campo de juego obligaron a cambiar el color de la pelota, que durante la primera mitad fue naranja. Además de la soberbia actuación, un gol de cabeza quedó en los libros y dejó al Beto en la página más gloriosa.
En la segunda parte, con un tiro libre que se desvió levemente en la barrera aumentó la diferencia y convirtió una victoria con doblete en un pedazo de historia, que ya cumplió 33 años.
Cada aniversario, el tiro libre vuelve a caer en el vértice del área y Alonso se la vuelve a cruzar de cabeza al palo más lejano de Gatti. La vuelta olímpica se vuelve a dar, el tiro libre se vuelve a meter en el arco del Loco y el 2-0 desata la alegría del pueblo Millonario.