El 14 de marzo de 2018 empezaba la remontada anímica que llevaría al equipo a lo más alto de la historia. La Supercopa ganada a Boca en Mendoza marcó un antes y un después.
La gloria que se disfruta hoy en día, después del triunfo histórico en la final de la Copa Libertadores, tuvo su primer capítulo en la Supercopa Argentina que se disputó en Mendoza el 14 de marzo de 2018. Hace exactamente un año River llegaba a un compromiso más que importante con todo en contra.
La victoria 2-0 con goles de Pity Martínez y Nacho Scocco significó un envión anímico que se prolongó hasta el 9 de diciembre, con la victoria en la Bombonera en el medio y la certeza de que, hasta el momento, no hubo mejor año que ese.
El Millonario se impuso en una final ante el eterno rival y empezó a dejar atrás la sensación de que el superclásico era un terreno complicado.
El sabor de amargar al eterno rival tuvo un comienzo marcado, y fue superado únicamente por el partido más soñado de todos. La figura de Marcelo Gallardo comenzó a tomar todavía mayor dimensión cuando desde el suelo, el equipo demostró amor propio y se hizo fuerte en las difíciles. Se empezaron a ganar los partidos que toda la gente reclamaba, se siguieron de logros inimaginables, y se festejan un año después, como se festejarán en los años que vendrán.
Las finales ganadas al eterno rival son para siempre. Y en River ya son costumbre.