Gonzalo Martínez terminó de completar una Copa Libertadores brillante y en Boca no lo quieren ver más.
Ezequiel Pirotti @tanopir
¿Se acuerdan cuando absolutamente todos abucheaban al Pity Martínez en sus primeros años en River? El presente no se asemeja para nada al pasado. Al volante le costó horrores adaptarse al mundo Millonario y, quizás, los hinchas nunca se imaginarían que en la actualidad sería tan querido por todos, no sólo por ganar la Copa Libertadores, sino también por convertirse siempre a Boca.
El certamen internacional fue perfecto para el ex Huracán, quien disputó 10 de los 14 partidos disputados por el equipo. Ya comenzaría a mostrar su calidad en un golazo frente a Emelec por la fecha 3 de la fase de grupos.
Luego sus ausencias frente a Independiente y Racing, por distintas lesiones, el Pity llegó a las semifinales con Gremio más encendido que nunca: asistió con un centro a Borré para que el colombiano ponga el empate ante el conjunto brasileño y pateó un penal que quemaba en Porto Alegre, para clasificar al Más Grande a la final.
Pero este loco no se cansa de hacer locuras: incidió en los dos goles en la Bombonera por la primera final de la Copa Libertadores y convirtió el tercer gol en la victoria 3 a 1 para desatar la alegría en el Santiago Bernabéu.