Julián Álvarez jugó un partidazo contra Gimnasia y asoma como opción para el ataque pensando en la extraña final de vuelta de la Copa Libertadores.
A una semana de la final de la Libertadores, y con ausencias forzadas, el partido de Julián Álavarez fue como agua en el desierto para River, que no podrá contar con Borré ni Scocco, por suspensión y lesión, respectivamente.
El delantero de 18 años asistió en el primer gol y fue siempre una opción, tanto para pase como para volver a habilitar. Ya en la segunda mitad tuvo un mano a mano que Moyano tapó muy bien.
La buena actuación ante Gimnasia, por Superliga, sumado a la actitud de animarse a patear el último penal de la serie de cinco en Copa Argentina le podrían dar la chance de su vida y tener presencia en el superclásico más importante de todos, que se jugará en el Santiago Bernabeu.