En un partido que fue palo y palo, River ganó 4 a 3 y se coronó Campeón de la Copa Argentina. Lucas Alario por triplicado le dio vida e Iván Alonso lo remató para una vuelta que lo deposita en la Copa Libertadores 2017.
Augusto Batalla (3): Otro partido olvidable. Esta vez, y a diferencia del Superclásico, lo salvaron los delanteros. Errores infantiles que hicieron peligrar la obtención de la Copa Argentina.
Jorge Moreira (5): Ganó y perdió en un carril con tránsito pesado y con una superficie difícil para trepar en ataque.
Jonatan Maidana (6): Impasable, una bestia por arriba a pesar de ciertos desacoples por bajo. Peleó, adelantó la línea y salvó en el final los errores de una infantil defensa.
Lucas Martínez Quarta (5): Alternó buenas y malas, le tocó bailar con una delantera que suma más de 500 partidos y él con apenas un puñado. A pesar de eso, se la bancó y alejó el peligro sin complicaciones sobre el final.
Luis Olivera (4): El más flojo de la defensa. Regaló la espalda, no fue claro en la salida y confundió los momentos para pasar al ataque.
Leonardo Ponzio (7): Jugó esguinzado y eso lo pinta de cuerpo entero. Nunca se notó esa deficiencia física, se entregó al 100% hasta que dijo basta. Marcó, repartió y empujó para adelante cuando el fútbol no aparecía.
Nacho Fernández (6): En un partido desequilibrado, fue el que más tuvo que sacrificarse. Lejos de la posición de ataque en la que marca diferencia, pasó más tiempo en el piso que con la pelota al pie. Ese sacrificio le entregó dividendos, fue uno de los puntos más destacados.
Andrés D’Alessandro (6): Fue el único que intentó bajarla en el primer tiempo y entregarla redonda a un compañero. Sin embargo, la cancha pudo más que él y en el complemento, cuando hubo que quemar naves, fue el primer sacrificado.
Pity Martínez (5): El pésimo estado de la cancha complicó aún más sus prolongados baches de confusión total. Un partido con pocas pinceladas de fútbol pero con notable entrega.
Sebastián Driussi (6): Esta vez le tocó el rol de segunda guitarra. Fue a fondo hasta la última, siempre buscó a Alario como referencia y tuvo su premio. En el final, fue clave para darle vértigo al ataque.
Lucas Alario (9): Sus goles le dieron vida a River. Porque lo abrió y porque tuvo en su garganta la ilusión por duplicado en el 2-2 y en el 3-3. Además, bajó todo, se entregó en función del equipo y se sacrificó para recuperar.
Iván Alonso (8): Su edad no le permitió jugar la cantidad de minutos que su calidad pide. Pero cuando estuvo, Alonso desniveló. Hoy no fue la excepción. Con una asistencia y un gol, le dio a River la Copa Argentina y la clasificación a la Copa Argentina.
Rodrigo Mora (6): Entró cuando el partido estaba trabado. En el mano a mano, una aplanadora. Además, se sacrificó para retroceder como volante y llegar a darle una mano a Jorge Moreira.